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En el siglo V (entre el año 401 y el 500) cayó el Imperio Romano y en la península ibérica dejó de tener la influencia que había tenido durante mucho tiempo.
Por aquel entonces se hablaba en latín en toda la península, pero debido a diferentes motivos durante los siguientes años fueron apareciendo otras lenguas
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En el siglo VII (del año 601 al 700) en la península ibérica había 6 idiomas diferenciados:
El astur-leonés.
El castellano.
El catalán.
El gallego-portugués.
El navarro-aragonés.
El sexto idioma era el euskera, que es mucho más antiguo que todos los demás (del siglo I o posiblemente anterior) y por supuesto no proviene del latín.
Entre el año 768 y 814, el Imperio Carolingio (más o menos los actuales franceses) dejaron un trozo de terreno por encima y por debajo de los pirineos (el actual sur de Francia y la actual Girona respectivamente) que les servía como defensa para que los árabes no subieran hacia el norte (la actual Francia). A toda esa zona se la conoció como Marca Hispánica.
Resumiendo mucho, los carolingios pusieron al mando de esas zonas a unas personas llamadas “condes”, que tenían independencia militar y jurídica y cuando el imperio carolingio desapareció, esa “zona de defensa” quedó a su suerte y uniendo tierras con matrimonios y con alguna guerra por el medio, en el año 878 el conde Guifré I el Pelós, consiguió unificar varios condados como el de Urgell, Barcelona, Girona, Roselló, etc, y así nació la precursora de la actual Cataluña.
Mapa de los distintos reinos en la península ibérica sobre el año 910 d. C |
Hasta el siglo IX (desde el año 801 al 900) los textos eran sólo en latín ya que era el lenguaje culto, pero a partir de este siglo aparecieron los primeros textos escritos en el “idioma hablado por el pueblo”, tanto en catalán como en castellano.
Casi 2 siglos después de que Guifré el Pelós uniera los condados que serían la futura Cataluña, en el año 1.150 se unió por matrimonio a Berenguer IV (conde de Barcelona) y la reina Petronila de Aragón.
Del matrimonio entre Berenguer IV y Petronila de Aragón resultó la Corona de Aragón, que era la suma del reino de Aragón y los condados catalanes de donde era el conde Berenguer IV”
Pintura en el museo del Prado: la reina Petronila de Aragón y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona con sus respectivos escudos. |
Pero tanto Aragón como Cataluña conservaron sus propios órganos de Gobierno y ambos reinos ofrecían su tributo a la corona conjunta.
El hijo de ambos, Alfonso II de Aragón “el Casto” y Conde de Barcelona, tenía muy claro que había heredado dos tierras diferentes, pero ambas se respetaban y se admiraban mutuamente. Eso si, sin mezclarse entre si, parecía que su lema era “vive y deja vivir”. Y ambos territorios se sentían bien y cómodos con esta situación.
Hay que aclarar que el título de “conde” (como Conde de Barcelona) era a efectos prácticos lo mismo que el título de rey. Lo que pasa es que en Cataluña simplemente no se utilizaba el título de rey como en otros países. Y no porque no quisieran, el título de “rey” lo otorgaba el Vaticano, pero debido a las triquiñuelas del Reino de Castilla, el Vaticano se lo negó a los catalanes.
La península Ibérica mediado el siglo XI |
Más adelante, en 1476, el Reino de Aragón (Aragón-Catalunya) se unió con el Reino de Castilla, Fernando el Católico (rey de Aragón-Conde de Barcelona) e Isabel la Católica (reina de Castilla) contrajeron matrimonio.
Y empezó a vertebrarse la España que cuatro siglos después, se transformó en lo que es hoy en día ya que entonces España era más un territorio del rey y no tenía nada que ver con el concepto de la España actual.
Castilla, Aragón y Cataluña habían unificado sus coronas, pero no sus reinos, este había sido el acuerdo cuando se juntaron los dos reinos de Aragón-Cataluña tres siglos antes, y los tres territorios seguían teniendo sus propios órganos de autogobierno y se respetaban mutuamente sus peculiaridades. Pero Castilla con el tiempo fue olvidando este principio fundador.
Según la constitución catalana de aquella época, los catalanes tan sólo estaban obligados a luchar por la defensa de Cataluña, por ello desde Madrid les tocaba las narices que declarasen guerras contra Flandes, Patagonia o Florida; y los catalanes no se uniesen a “sus guerras”.
Además eran las cortes de Cataluña quienes decidían cuanto dinero se enviaba a las arcas reales de Madrid, y obviamente esto molestaba bastante a los reyes que estaban en Madrid, que acostumbrados al régimen despótico que imperaba en Castilla, para ellos la actitud democrática catalana de elegir a los representantes del pueblo y de no dar dinero y vidas humanas para sus guerras, era intolerable.
Desde Cataluña se veía a Castilla como un igual, un territorio que simplemente tenían costumbres diferentes. Pero desde Castilla, las diferencias políticas y costumbres de Cataluña se veían más bien como una traición.
En 1569 fueron arrestados todos los diputados de la Generalitat de Catalunya y los acusaron de herejía por negarse a pagar el impuesto de excusado eclesiástico, es decir, un impuesto que se pagaba al reino de España para pagar los gastos derivados en la “lucha contra los infieles”, pero en la práctica eran para pagar las guerras y la obsesión expansionista por todo el mundo de Felipe II. Este rey utilizaba el tribunal de la Inquisición para eliminar a todo aquel que le molestaba y así saltarse las leyes vigentes.
En 1618 empezó la “Guerra de los 30 años”, donde todos los países europeos les dio por luchar todos contra todos para conseguir más poder, además utilizando mercenarios de otros países, de manera que habían mercenarios españoles luchando contra las tropas españolas, mercenarios franceses luchando con el ejercito de Castilla contra los franceses.
A los soldados de Castilla y a los italianos, les dio por combatir contra los franceses… ¡en Cataluña!
No podían irse a otra parte a luchar, no, tenían que hacerlo en territorio de la pacífica Cataluña. Y como en todas las guerras, los soldados de todos los bandos arrasaron con los campos catalanes, mataron a quienes querían, violaron a las catalanas y saquearon todo lo que pudieron. Y a todo esto, Castilla amenazando a las cortes catalanas que, o daban más dinero y hombres para “su” guerra, o habrían consecuencias.
Mientras tanto, muchas poblaciones catalanas se negaba a abrir sus puertas para albergar a las tropas que venían de Castilla (no eran tontos, si entraban soldados ya sabían lo que pasaría con sus pertenencias y sus mujeres) así que los soldados de Castilla se dedicaron a atacarlos. Lo cual provocó a su vez, que los campesinos de otras poblaciones fueran a luchar contra los soldados.
El tema se fue calentando hasta que el virrey de Barcelona que representaban a los reyes de Castilla, mandaron arrestar al jefe de las tropas catalanas, Francesc de Tamarit i de Rifà, por no haber dado alojamiento a las tropas reales que provenían de Castilla. El arresto de Francesc de Tamarit i de Rifà, sentó muy mal en Cataluña.
Al mismo tiempo las tropas castellanas (junto con mercenarios de otros países) continuaron abusando de la población catalana haciendo lo que les daba la gana, hasta que el 7 de junio de 1640 hubo un altercado en Barcelona entre un grupo de segadores catalanes y unos soldados castellanos, que acabó con un segador malherido. Y a partir de esto se hizo una revuelta contra los soldados castellanos y la cosa fue creciendo sin parar. A los catalanas se les había acabado la paciencia.
Por todo esto, en 1640 Cataluña se alzó en armas en la denominada “revuelta dels segadors” (un “segador” es el que corta y cosecha los cereales maduros con una hoz), así que miles de segadors entraron armados en Barcelona con sus hoces, rescataron a Francesc de Tamarit y mataron al virrey que habían puesto desde Castilla, además mataron a otros cargos reales.
En 1641 Cataluña se autoproclamó como una república independiente. Vaya que no querían tener ningún rey y además se aliaron con los franceses, para que las tropas enviadas desde Castilla no pudiesen tomar Barcelona.
El problema fue que las tropas francesas que habían en Cataluña para “defenderla”, comenzaron a comportarse como las tropas castellanas, es decir, arrasaban los campos catalanes, mataban gente, violaban mujeres y saqueaban todo lo que podían, así que los catalanes también acabaron hartos de ellos.
Mientras, Castilla pactó con Francia: si los franceses traicionaban a Cataluña les regalarían territorios catalanes y así fue. Se rompió el pacto catalano-francés con el Tratado de Paz de los Pirineos y los catalanes se quedaron solos. Esto fue aprovechado rápidamente por Castilla para poder atacar Cataluña.
Y así empezó la primera guerra entre Castilla y Cataluña, que duró 12 años desde 1640 hasta 1652 y acabó cuando las tropas castellanas de Felipe IV atacaron y tomaron Barcelona. Hicieron un pacto de paz que más o menos decía que las cosas seguirían igual que antes del conflicto, es decir, los dos territorios del reino de espaldas como siempre y cada uno viviendo a su manera.
Además del “pacto de paz”, Felipe IV le regaló a Francia toda la parte de Cataluña que iba desde los Pirineos hacia el norte, y de esta manera, Cataluña perdió la zona del Roselló, Conflent, Vallespir y una parte de la Cerdaña.
El rey francés acordó que respetaría el idioma, pero tan pronto tomó posesión de los territorios catalanes, prohibió hablar catalán bajo pena de muerte. Hoy en día en esas zonas francesas se sigue hablando catalán, aunque de manera muy reducida.
Prueba de como estaban los ánimos entre los castellanos y los catalanes hace cuatro siglos, estas son palabras del famoso catanofóbico escritor llamado Francisco de Quevedo aproximadamente del año 1600, que dijo lo siguiente sobre sobre los catalanes:
“Son los catalanes aborto monstruoso de la política. Son las viruelas de sus reyes y todos las padecen. Esta nación se arma con delitos indignos de perdón.”
El tiempo fue pasando… y pasaron unos 50 años con esta “tensión” y desconfianza entre los dos reinos.
Después de muchos rifirrafes entre los dos territorios, su punto más importante fue cuando en 1700 murió el rey de las Españas (Carlos II de Austria, hijo de Felipe IV) sin descendencia.
Desde Castilla querían que su trono fuese para un rey francés (era Borbón y sería el futuro Felipe V), el cual tenía fuertes tendencias egocéntricas e imperialistas ya que los borbones querían ocupar militarmente toda Europa, pero desde Cataluña querían a un rey austríaco (hubiese sido Carlos III, de la casa de los Austria).
Así que Castilla atacó de nuevo militarmente a Cataluña para someterla al reinado de Felipe V, pero se le complicó el asunto porque Cataluña aguantó durante años debido a que esta vez recibía ayuda de los ingleses, holandeses, italianos y austriacos. Estos países tenían miedo que un rey francés llegase al poder porque los reyes franceses no disimulaban sus intenciones de conquistar el resto de Europa, y teniendo un aliado Borbón francés en el trono español, Francia sería imparable.
Como los borbones de Francia querían España a cualquier precio en 1713 pasó lo siguiente:
Primero pactaron con los ingleses: si dejaban a un Borbón (Felipe V) como rey de España, les regalaban unos territorios (la actual Canadá) y Terranova (al este de Canadá) que suponían unas veinte toneladas de bacalao al año para los ingleses.
Segundo pasó algo que actualmente nunca explican, el Borbón que ya estaba mandando en Castilla (Felipe V), pactó con los ingleses (el pacto de Utrecht) y les regaló Gibraltar, Menorca y les dio permiso para hacer negocios en “las indias” (América) a cambio de traicionar a los catalanes y dejar de proporcionarles ayuda.
El objetivo era acabar de una vez por todas con el autogobierno catalán y lo plasmaron en el pacto secreto entre ingleses y castellanos, con estas palabras “de ninguna manera se den oídos a propósito de pacto que mire a que los catalanes se les conserven sus pretendidos fueros“.
Cuando Cataluña perdió la ayuda de los ingleses, la guerra se acabó rápido. Las tropas de Castilla conquistaron Cataluña y finalmente el 11 de septiembre de 1714 cayó Barcelona.
En esta fecha, 11 de septiembre, los catalanes celebran su conocida “diada”.
Está documentado la crueldad con que ocuparon Barcelona, saqueos, ejecuciones indiscriminadas, violaciones masivas, imposición del idioma castellano, el caso más llamativo fue el de un alto dirigente de Barcelona al que se le arrastró vivo por todas las calles de Barcelona, después se le cortó la cabeza, la pusieron en una jaula y la dejaron colgada públicamente en una transitada calle durante 10 años, para que los barceloneses recordasen “quien mandaba” allí. Finalmente la quitaron por las súplicas de sus familiares.
Mas tarde Cataluña fue francesa entre los años 1812 y 1815 bajo el reinado de Napoleón.
Departamentos franceses y máxima extensión del imperio |
El soberanismo catalán ignora el veto del Constitucional al referéndum
El independentismo catalán o secesionismo catalán es la posición política que propugna la independencia de Cataluña con sus actuales límites como comunidad autónoma española, o bien por la correspondiente a una visión pancatalanista que incluyera la denominada «Cataluña Norte» (Rosellón y Alta Cerdaña, antiguos territorios catalanes cedidos por España a Francia en el tratado de los Pirineos del siglo XVII) y/o la franja oriental de Aragón, es decir, el territorio denominado como «Países Catalanes».
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