¿Por qué hay que pagar todos los meses a la Seguridad Social?
Básicamente para financiar el sistema y tener acceso a derechos como el paro, las bajas por enfermedad o el permiso por maternidad, por poner tres ejemplos.
El listado de elementos por los que cotizas es el siguiente:
Contingencias comunes.
Gracias a ellos cobras en caso de enfermedad común, baja por maternidad o por accidente no laboral.
Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
Como su propio nombre indica, se usan para pagarte en caso de accidente laboral y se dividen entre incapacidad temporal, invalidez, muerte y supervivencia.
Desempleo.
Esta cotización se usa directamente para pagar la prestación por desempleo, es decir, el paro.
Formación profesional.
Esta cotización se divide también entre la empresa y el empleado. Este dinero se destina a cursos de formación y calificación profesional para trabajadores.
Fogasa.
Dentro de las cotizaciones se incluye una concreta para afrontar los pagos del Fondo de Garantía Salarial, que se encarga de cubrir los impagos de las empresas.
Como es lógico, sólo las compañías hacen frente a esta cotización.
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Además, la base de cotizable también se usa para calcular la pensión pública.
¿Cuánto he cotizado a la seguridad social?
Pongamos un ejemplo en el tope de la gama de la base cotizable:
Un persona que se va a jubilar a los 65 años, y que ha cotizado 36 años, desde 1984 hasta el 2019.
Y durante todos estos años lo ha hecho
por la base máxima de la Seguridad Social
Actualmente en 2019 se paga
un 37,4% de la base de cotización (6,35% el trabajador + 31,05% la empresa)
La base de la cotización máxima en 2019 es
4.070,1 euros
Y echando cálculos le sale que ha cotizado durante estos 36 años un total de
417.060,48 euros
¿Y cuánto recibirá de la Seguridad Social ahora que es pensionista?
Con 65 años su esperanza de vida es de 20 años, hasta los 85 años.
Luego este pensionista va a recibir 819.804,95 euros
que son 402.744,47 euros más de lo que ha aportado,
¿de dónde saldrá el dinero?
(819.804,95 - 417.060,48) = 402.744,47 euros
y todo ello con una Seguridad Social quebrada. ¿Cómo se explica?
Hay algo que no funciona:
En 2019 estamos cerca del récord de afiliación, España supera los 19,4 millones de afiliados y se queda a las puertas del récord de afiliación de 2007, pero en cambio estamos con un paro bastante mas alto que en 2.008, esto tampoco se explica.
No se puede contar con la hucha de las pensiones ni con las aportaciones de los afiliados a la Seguridad Social.
La hucha de las pensiones ya está absolutamente liquidada aunque queden 2150 millones, porque la deuda de la Seguridad Social ya roza los 50.000 millones.
Nota:
En estos cálculos sencillos no se tienen en cuenta la rentabilidad de las aportaciones y menos su cálculo al interés compuesto, por tratarse de un sistema de reparto (ingresos que se diluyen en el año) y no de capitalización.
Además se ha considerado para el ejemplo, el caso de las cotizaciones máximas que es el más favorable para la viabilidad del sistema, porque si entramos en cotizaciones menores y/o mezclamos pensiones no contributivas, pensiones a políticos con reducido tiempo de servicio, aportaciones de fondos de pensiones para su empleo en financiación de múltiples reconversiones industriales, mineras, energéticas, etc. el resultado sería mucho peor.
También considerar que si cambiamos a pensiones de capitalización, mucho cuidado con quien administra esos fondos, los sindicatos siempre se han ofrecido a manejar los planes de pensiones y a ver si por una vez cambiamos esa fiscalidad avarienta que sigue considerando rentas del trabajo a los planes de pensiones, de vida o supervivencia, cuando ya hay suficiente doctrina del supremo que las declaran rentas de capital.
Las conclusiones que se quieren sacar son, la primera que el sistema tal como está es inviable, que urge cambiarlo por consenso en el Pacto de Toledo.
La segunda, que es y ha sido siempre, un error establecer la jubilación obligatoria porque introduce más individuos con pensiones altas en el Sistema de la Seguridad Social, cuando hasta ese momento eran las Empresas las que aportaban dinero al sistema y no se detraía nada del mismo.
Lógicamente la CEOE ha impulsado esa reforma, con el compadreo de los sindicatos verticales y paniaguados, y luego el gobierno socialista de Sánchez la ha llevado a las Cortes para su aprobación del decreto ley.
Luego vendrán los partidos que se dicen progresistas y de izquierdas con que quieren imponer una tasa al IBEX, sin caer en la cuenta de que ya las empresas estaban aportando una pequeña tasa al sistema con los pocos trabajadores mayores de 65 años que querían seguir trabajando y cotizando.
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Análisis del sistema de pensiones públicas en España que funciona bajo cinco principios:
1. Principio de reparto: las cotizaciones de los trabajadores en activo financian las prestaciones existentes en ese momento.
2. Principio de proporcionalidad contributiva: la cuantía de las prestaciones guardará relación directa con las cantidades aportadas al sistema público y al periodo de cotizaciones efectuadas.
3. Principio de universalidad: Aquellos que no hayan contribuido al sistema podrán acceder al nivel no contributivo de prestaciones para poder cubrir las necesidades más básicas.
4. Principio de gestión pública: El sistema de la Seguridad Social estará gestionado y financiado por entidades públicas.
5. Principio de suficiencia de prestaciones: La cuantía de las prestaciones debe ser suficiente para asegurar las necesidades protegidas.
El organismo encargado de gestionar este sistema es la Seguridad Social, que además, salvaguarda la asistencia para los trabajadores que hayan perdido su empleo o causen baja por enfermedad o discapacidad.
Veamos más en detalle de qué manera se organizan y reparten las pensiones en España.
Un fondo común para todos los trabajadores
Las prestaciones sociales, como la pensión pública por jubilación, están protegidas y reconocidas por la Constitución española
en su artículo 41: “Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres”.
Para sostener este derecho, a diferencia de otros países en los que cada trabajador cotiza y aporta dinero para su plan de pensiones privado e individual, en España el sistema público de pensiones se nutre de las aportaciones de todos los trabajadores; estos contribuyen, a través de sus cotizaciones a la Seguridad Social, a una denominada ‘Caja Única’ de la que sale el dinero para pagar las pensiones públicas por jubilación del nivel contributivo de los trabajadores ya retirados.
Es la anteriormente citada solidaridad intergeneracional, a la que hay que sumar la solidaridad interregional, que garantiza que todos los ciudadanos del Estado español tengan derecho a su pensión por jubilación, independientemente de la región en la que vivan.
Sostenibilidad del sistema
De manera simplificada, para que el sistema público de pensiones sea sostenible debe haber más trabajadores activos que número de pensionistas, es decir, que la continuidad del sistema tiene una fuerte dependencia de la pirámide poblacional.
Sin embargo, en los últimos años el número de trabajadores ha descendido como consecuencia de la elevada tasa de paro, mientras que el número de pensionistas se ha visto incrementado; esto, unido a una evolución de la población en la que la tendencia indica que habrá cada vez más personas mayores y que estas vivirán más años, ha puesto en duda la sostenibilidad del sistema.
Paralelamente, los nuevos jubilados acceden a una pensión media más elevada, dado que han cotizado por bases mayores, mientras que los nuevos cotizantes se incorporan con salarios y por tanto con bases de cotización menores.
Un claro ejemplo de esta situación lo representa el estado del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, una ‘hucha’ en la que desde el año 2000 se ha ido guardando el superávit del sistema de la Seguridad Social y que actualmente está quebrada.
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¿Cómo se calcula la pensión de jubilación?
La regla aplicable desde 2022: es de 25 años de cotización
Para determinar la base reguladora de la pensión de jubilación se tendrán en cuenta las bases de cotización de los últimos 25 años inmediatamente anteriores al mes previo al de la jubilación.
Por ejemplo, si un trabajador cumple la edad legal de jubilación el 15 de julio de 2022 y ese día solicita su jubilación, se valorarán las bases de cotización de los últimos 25 años para atrás a contar desde la base de cotización del mes de mayo de 2022.
Las últimas 24 bases de cotización (correspondiente a los 2 últimos años) se computarán según su valor nominal, mientras que todas las anteriores se actualizarán según la evolución de Índice de Precios al Consumo durante todo ese período (hasta el mes 25 antes de la jubilación).
En concreto, se determinará la base reguladora sumando las últimas 300 bases de cotización que se dividirán entre 350.
El fundamento de dividir 300 bases de cotización entre 350
La razón de esta división se encuentra en que al sumar las bases se tienen en cuenta 12 por año, puesto que la parte proporcional de las pagas extras está incluida en dichas bases de forma prorrateada. Sin embargo, el pensionista va a cobrar 14 pagas por año.
Con el objeto de establecer la correspondencia entre las bases de cotización que se valoran cada mes y convertirlas en 12 pagas ordinarias y 2 extras, se divide entre 350.
El número 350 resulta de la suma de las 300 pagas ordinarias que se reciben durante 25 años a las que se suman 50 paga extras (dos pagas por 25 años).
Esta nueva regla, ¿beneficia a los pensionistas? Depende de la regularidad de su carrera profesional
Con lo previsto en la norma, en pocos años se pasará desde los 15 años que se valoraban antes de la reforma, en el año 2012, a 25 años. Es decir, se tendrán en cuenta 10 años más de cotización. ¿Favorece esta situación al pensionista?
Lo más común sería que el salario de un trabajador se incrementará con el tiempo y, en consecuencia, sus bases de cotización también aumentasen.
En este supuesto, el nuevo cálculo no le favorecerá, ya que seguramente las últimas bases serán más altas. Así, cuantas más bases se tengan en cuenta, seguramente la media será más baja y, por tanto, la cuantía de la pensión será más reducida.
No obstante,
como en los últimos tiempos cada vez es más general que los trabajadores sean expulsados del mercado laboral a edades más tempranas, es usual que después de haber terminado de cobrar la prestación por desempleo, el sujeto no cotice o cotice por la base mínima (en el supuesto de beneficiarios del subsidio por desempleo), excepto en el caso que firmen un Convenio Especial.
En estos casos, al tener en cuenta un número más amplio de bases de cotización se mitigan los efectos de la situación de los últimos años.
En este supuesto, es más favorable tener en cuenta un mayor número de años para el cálculo de la pensión.
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Edades de jubilación normal y anticipada voluntaria
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SOLUCIONES QUE SE PROPONEN: LAS CUENTAS NOCIONALES
¿QUÉ SON LAS CUENTAS NOCIONALES Y CÓMO AFECTARÍAN A LAS PENSIONES ESPAÑOLAS?
Las cuentas nocionales son cuentas virtuales individualizadas que se asignan a los trabajadores cuando comienzan su vida laboral
y donde se van acumulando las cotizaciones que realizan. Cuando se alcanza la edad de jubilación, las prestaciones que reciben dependerán de lo acumulado en su cuenta.
Por ejemplo, si se jubila a los 65 años y tiene acumulados en su cuenta nocional 500.000 euros y se espera que en ese momento su esperanza de vida sea de 20 años, la pensión será el resultado de dividir 500.000 entre 20, lo que le permitiría tener una pensión de 25.000 euros anuales».
Lo primero que destacan es que el modelo de cuentas nocionales seguiría siendo de reparto: los cotizantes en activo pagarían las pensiones de los jubilados del momento, como ocurre en la actualidad.
Sin embargo, en lugar de que el dinero de las cuotas fuera a una caja común, iría a cuentas individuales, de forma solo contable. Así, cada trabajador iría acumulando las cotizaciones de toda su vida laboral en su propia cuenta virtual.
A esas aportaciones se le sumaría el rendimiento neto de ese dinero acumulado por cada trabajador. Toda esa suma conformaría el denominado capital nocional.
En el momento de la jubilación, a toda esa cantidad acumulada se le aplicaría un factor de conversión, que transformaría ese dinero en una renta vitalicia.
Dicho factor consistiría, fundamentalmente, en aplicar la media de años que va a vivir el jubilado, según la esperanza de vida en ese momento, y cómo se revalorizará su pensión anualmente.
«Ese importe alcanzado a la jubilación se divide según los años de vida que se calcula va a vivir el trabajador en el momento de jubilarse.
Con los parámetros actuales, las futuras pensiones equivaldrían a entre el 65% y el 85% de las actuales prestaciones de jubilación.
Ventajas
Es un sistema “mas justo”, porque los pensionistas se llevan lo que han puesto. Ello exigiría, no obstante, no topar la pensión máxima. La edad de jubilación sería flexible, ya que en la cuantía de la pensión pesaría más el tipo de cotización y la valorización de lo acumulado que el tiempo cotizado.
Una de las principales ventajas de este sistema es la transparencia. El trabajador sabe en todo momento el importe que ha cotizado en un momento concreto de su vida activa -la suma de las cotizaciones efectuadas a lo largo de su vida, más la rentabilidad que se le reconoce a las mismas-, además del importe que alcanzará en el momento que se jubile, si se mantienen sus condiciones de cotización.
Inconvenientes
Aunque es más equitativo, no garantiza la sostenibilidad financiera del sistema, ni la suficiencia de las pensiones.
Es por tanto un modelo menos solidario, y debería suplirse con políticas redistributivas pagadas con impuestos.
Transición
Se aconseja emular a Suecia, con un cambio progresivo: los menores de 35 años se jubilarían con el nuevo sistema; los mayores de 55 con el actual; y entre 35 y 55, de forma mixta.
Suecia, Italia, Letonia o Polonia ya han adoptado el modelo de jubilación de cuentas nocionales -en algún caso de forma complementaria- con el objetivo de garantizar su sistema de pensiones.
Este modelo ha sido aplaudido en diferentes ámbitos, desde BBVA a la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), pasando por el Banco de España.
Según destaca BBVA en su blog sobre jubilación, una de las principales ventajas de este sistema es la transparencia. El trabajador sabe en todo momento el importe que ha cotizado en un momento concreto de su vida activa
«Si se jubila más tarde, acumulará más derechos en su cuenta y dividirá su importe entre una esperanza de vida menor, con lo que intuitivamente es muy fácil ver las implicaciones de jubilarse antes o después, así como si el esfuerzo de cotización a lo largo de la vida laboral es suficiente para tener el nivel de vida deseado en el momento de la jubilación.
Esto permite flexibilizar la edad de acceso a la jubilación:
Los trabajadores podrían decidir jubilarse antes teniendo información real sobre la cuantía de su prestación y asumiendo lógicamente que una jubilación anticipada implicará una menor cuantía de pensión».
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enlace a "DECLARACIONES FATUAS" que se daban en el año 2007
(gobernando José Luis Rodríguez Zapatero) el que se sacaba pecho con el sistema de pensiones