Pocos políticos en el mundo merecen tanto el título de héroe de la Libertad como Álvaro Uribe Vélez.
Como Presidente de Colombia logró acabar con la hegemonía que estaba consiguiendo la narcoguerrilla de las FARC en muchos ámbitos de la sociedad colombiana, el más grave, sin duda, el militar. Contaba con el respaldo de La Habana y con el dinero del narco, con abogados que eran políticos y políticos que eran abogados, amén de la protección de la izquierda política internacional que nunca falta a los asesinos si son comunistas y matan en sitios alejados de Europa o los USA.
Cuando Uribe llegó al Poder, Colombia estaba a punto de ser lo que la URSS quería que fuera México: "un cáncer en el vientre de la Fiera".
Al acabar su mandato presidencial, Colombia había derrotado militarmente al narcoterrorismo comunista, salía del marasmo económico que, salvo el dinero negro del polvo blanco, acompaña a la terrible inestabilidad política.
Colombia pasó de ser el país a punto de convertirse en narco-Estado, lo que finalmente han conseguido los comunistas con Venezuela, a un Estado que recuperaba poco a poco las instituciones básicas de una sociedad libre.
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El fin último de la izquierda es la toma del poder y la instauración de la dictadura del proletariado, estos términos han variado con el paso de los años y de la sumatoria de sus fallidos procesos; sin embargo, la formula pensada por Marx, Lenin y el resto de los teóricos de la izquierda es la misma, destrucción del sistema vigente y el subsiguiente remplazo por el modelo comunista.
Texto integro del artículo Lunes, May 25, 2020
En el proceso atacan el modelo político denominado burgués y capitalista, así como el económico para finalmente afectar irremediablemente el social y cultural, destruyendo el pasado de las naciones e imponiendo el culto a las ideas y líderes comunistas. La Verdad es la principal víctima en este Matadero donde las banderas rojas se mezclan con la sangre de millones de víctimas que acumulan las ideas comunistas fallidas, pero aun defendidas por necios en nuestros días.
Colombia no es la excepción a esa fórmula, después de más de 7 décadas de crímenes atroces, la izquierda armada ahora se sienta en el congreso de la república y funge como rector de la moral y de verdades absolutas; las nuevas generaciones sirven de eco a la impunidad, muy a pesar de las víctimas.
En la década de los 90 el país vivió una de las arremetidas más fuertes del terrorismo de la izquierda armada, año tras año morían cientos de militares pero también civiles, las tomas de Patascoy, las Delicias, Mitú entre otras tantas tristemente célebres por la crueldad de los guerrilleros llegando a extremos de salvajismo como cortar la cabeza de soldados y jugar con ellas o rematar con machetes a heridos; los menos afortunados eran llevados al cautiverio por años donde eran sometidos a toda clase de vejámenes.
La población civil igualmente sufrió la barbarie de las FARC y sus verdugos como lo fue Elda Neyis Mosquera alias Karina, Leonidas Zambrano alias Caliche o Hernán Dario Velásquez alias el Paisa. Comandantes de los frentes y columnas móviles mas sanguinarias quienes no se contenían con la población civil cada vez que se tomaban una población, todos vimos las tristes imágenes de hospitales, escuelas y casas en llamas por el accionar subversivo.
El punto más álgido de estos abusos ocurrió el 2 de mayo de 2002 cuando los terroristas de las Farc al mando de Israel Zuñiga alias Benkos Bioho bombardearon el municipio de Bojayá en el Choco, volando con pipetas de gas la iglesia del pueblo donde se resguardaban cientos de civiles, niños y ancianos incluidos dejando un saldo lamentable de 119 muertos y 98 heridos sin contar con las victimas militares.
Sin embargo la violencia sin sentido y desproporcionada por parte de la izquierda armada no es algo reciente, en la década del 70 en los albores del M19 aconteció uno de los sucesos más contradictorios, el secuestro y posterior asesinato del líder sindical José Raquel Mercado, acusado de “traición a la Patria” fue sentenciado en un “juicio popular” y su cuerpo baleado dejado en el parque El Salitre en Bogotá. En la década siguiente 3 niños, los hermanos Zuleika, Yidid y Xioux Jader Alvarez fueron secuestrados y tras 11 meses de cautiverio asesinados y sus cuerpos dejados en un paraje cercano a Bogotá. El M19 cometió cientos de crímenes de este tipo, secuestros extorsivos que muchas veces terminaban en ejecuciones a pesar de recibir el dinero exigido.
La izquierda armada logró poner en jaque al Estado Colombiano durante décadas llegando incluso a estar muy cerca de la toma del poder cuando ya sus milicias urbanas operaban con completa libertad en las capitales más importantes del país, sin embargo esto nunca lo hubieran logrado sin el soporte de la izquierda política, cómplices silenciosos de todos estos crímenes. Cada curul, cada espacio de elección popular ganado era logrado gracias a la presión de los grupos armados de izquierda radical en las regiones del país, coaccionaban y obligaban a miles a votar por sus fichas políticas quienes eran la quinta columna dentro del democrático e ineficiente Estado Colombiano.
En el año 2015 el profesor Antanas Mockus, adalid y pionero de la cultura ciudadana, creador del Partido Verde, referente de la moralidad y la rectitud política, acepto públicamente en una carta dirigida al entonces presidente Juan Manuel Santos haber auxiliado a las Farc, “guardando secretos y recursos” “haciendo traducciones” citando literalmente al profesor. ¿Qué secretos guardó? ¿Cuánto dinero ayudo a reunir? ¿Las traducciones sirvieron para conseguir recursos en el exterior con los cuales se compraron armas? Armas que fueron usadas contra el pueblo Colombiano; armas que posiblemente fueron usadas en Bojayá o en uno de los tantos lugares donde las Farc masacraron a nuestro pueblo.
Año 2020, han pasado 7 décadas desde el surgimiento de las guerrillas comunistas y los partidos y movimientos de izquierda, durante todo este tiempo unos por vía armada han intentado tomar el poder y en el proceso han asesinado a miles, otros por vías políticas han filtrado todos los estamentos de nuestra sociedad, y lamentablemente hoy reescriben la historia siendo las nuevas generaciones el eco hueco de la tergiversación y acomodo de hechos históricos que hoy parecieran en el olvido y que permiten a la izquierda armada hoy “desmovilizada” sentarse en el congreso sin haber pagado un solo día de cárcel por sus crímenes.
Señalan de Matarife al ex Presidente Uribe, responsable de poner fin al ascenso casi irremediable de la izquierda armada, bajo su mandato fueron cayendo uno a uno los máximos cabecillas terroristas, se replegaron a cuevas en la selva hasta donde un Ejército Nacional reformado los alcanzaba y los daba de baja.
Hoy la izquierda política manipula la historia y llama Matarife a Uribe, pero no tienen ningún problema en compartir espacios con Israel Zuñiga alias Benkos Bioho responsable de la masacre de Bojayá y quien hoy es Senador por el partido Farc, quienes sin pagar por sus crímenes cambiaron los fusiles por escritorios y las trochas en la selva por camionetas blindadas.
Matarife es las Farc y todos sus comandantes, es el M19 y sus líderes amnistiados, matarife es Mockus por ayudar en los crímenes de los terroristas, matarifes todos de la verdad, ocultando los cientos de atentados, silenciando a las miles de víctimas sin reparación quienes con impotencia ven como son olvidados por las nuevas generaciones necias y ebrias de odio guiado por esa mano criminal que nunca ha renunciado a su objetivo final, la toma del poder y la dictadura del proletariado.
Y ya sabemos que ocurre cuando lo logran, la palabra matarife se queda corta frente lo que ha visto la humanidad cuando la bandera roja se alza victoriosa.
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COLOMBIA
En Colombia sesenta personas han sido elegidas presidente de la República.
El primer presidente de la República fue Simón Bolívar y el actual mandatario es Iván Duque Márquez, quien en las elecciones del 17 de junio de 2018 resultó elegido para el periodo presidencial 2018-2022
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