Cuando reina el silencio en los hogares
cuando el músculo de tantos descansó;
"el timbre de llamada a la faena"
¿cuántas veces tu sueño no turbó?
Y en las heladas noches de invierno,
o en los días ardientes bajo el sol,
tienes que caminar como un mendigo,
cumpliendo tu sublime profesión.
Algunas vez tu esfuerzo será vano,
recibirás por pago incomprensión,
¿pero quién -como tú-, cuando devuelves
la alegría de vivir a un corazón?
No desmayes ante tu sacerdocio,
cumpliendo vas doctrina del Señor,
piensa en ello y no verás tan dura,
tu inquietante más... sublime profesión.
Julia León
27- Dic- 1999
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