Boris Johnson logró este jueves llevar al Partido Conservador a uno de los mayores triunfos electorales de las últimas décadas.
Los tories superaron con creces el umbral al que aspiraban, una mayoría de 326 diputados en la Cámara de los Comunes.
Con cinco escaños pendientes de adjudicar del total del 650, los conservadores se adjudicaron 361 y arrebataron al Partido Laborista áreas históricas en la llamada muralla roja, que se extiende desde el norte de Gales hasta el norte de Inglaterra.
El eslogan de su campaña, Get Brexit Done (Cumplamos ya con el Brexit) resultó un acierto, porque la noche electoral reveló que ese había sido el factor principal de estos comicios.
La suma de aquellos votantes que en 2016 respaldaron la salida de la UE, los que ya estaban hartos de un debate interminable que había paralizado al Reino Unido y los ciudadanos de izquierdas decepcionados con la ambigüedad de Jeremy Corbyn acabó aupando hasta Downing Street al candidato conservador.
Corbyn ya ha anunciado que no seguirá liderando el partido Laborista.
Los nacionalistas arrasan en Escocia y piden ya un nuevo referéndum de independencia
"Boris Johnson puede tener un mandato para sacar a Inglaterra de la Unión Europea pero ese mandato no se extiende a Escocia", ha señalado Nicola Sturgeon.
Election results map: How did YOUR constituency vote? Who is your MP?
https://www.express.co.uk/news/politics/1216588/election-results-map-how-did-my-constituency-vote-who-is-my-mp
****
(./.)
http://luis-de-vargas.blogspot.com/2019/10/el-reino-unido-celebrara-elecciones.html
| ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
Por qué los mercados reaccionan con euforia ante el triunfo de Boris Johnson
El arrollador triunfo del Partido Conservador en las Elecciones Generales de Reino Unido ha sido recibido con extrañeza por buena parte de los medios de comunicación del Viejo Continente.
Dicha reacción se explica, en gran medida, por el recelo y las críticas que despierta la decisión de Boris Johnson de pisar el acelerador para sacar adelante el brexit.
Pero esa mirada pesimista no la comparte la mayoría de ciudadanos británicos que ha otorgado a los tories la mayoría parlamentaria más amplia que ven las islas desde el apogeo del thatcherismo.
Algo parecido ocurrió en los mercados. A primera hora del viernes, la Bolsa de Londres se disparaba un 2%, mientras que la libra se apreciaba un 3% frente al dólar.
No hay que olvidar, además, que los fundamentales de la economía británica parecen resistir con entereza el notable repunte de la incertidumbre desatado por la decisión de abandonar la Unión Europea.
Así, el desempleo se sitúa por debajo del 4%, la tasa de actividad bate récords al situarse por encima del 76%, los salarios suben a tasas anuales que se acercan al 4% y el stock de inversión extranjera se sitúa a la cabeza del Viejo Continente y solamente por detrás de Hong Kong y Estados Unidos.
Johnson exhibió estas cifras como demostración de buena gestión por parte de los tories, pero también llegó a las urnas con nuevas propuestas económicas.
En clave fiscal, los conservadores se comprometieron a congelar los impuestos hasta 2023, anulando así algunas rebajas tributarias (estaba previsto, por ejemplo, que el Impuesto de Sociedades bajase del 19% al 17% en 2020), pero dejando claro también que no financiarán la transición al brexit por la vía de los aumentos fiscales.
En paralelo, buena parte de la comunidad empresarial e inversora ha reconocido como un acierto la idea de Johnson de sacar adelante el brexit y acabar de una vez por todas con el bloqueo político que frena la salida de Reino Unido.
Lo que sí significa es que, partiendo de la base de que el pueblo británico se mostró a favor de la salida de la UE, lo mejor es articular un acuerdo lo antes posible y zanjar la incertidumbre que ha marcado los últimos años y que ha motivado dos convocatorias electorales y dos dimisiones en Downing Street (a saber, la de David Cameron en 2017 y la de Theresa May en 2019).
El miedo a Corbyn
Por otro lado, es importante tener en cuenta que el triunfo de Johnson aleja el fantasma del laborismo radical encarnado por Jeremy Corbyn.
El controvertido líder de la izquierda británica llegó a las urnas defendiendo una espectacular subida de impuestos valorada en 100.000 millones de euros. Además, propuso abiertamente la nacionalización de las telecomunicaciones, la energía, los ferrocarriles, el correo postal, el suministro de agua y otros sectores de actividad.
En resumen, el Partido Laborista había dejado a un lado la moderación encarnada por Tony Blair y se había entregado al radicalismo socialista con una batería de propuestas que causó espantó entre la comunidad inversora y que también ha sido repudiada por los electores, que han castigado a Corbyn con un resultado desastroso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario