Una pequeña parada en Coria para comprar en una tienda de chinos un termo que nos permita la independencia de un café muy temprano el día siguente.
Al llegar a Cilleros nueva parada para llenar el depósito en la estación de servicio, algo de charla con el encargado para informarnos de lo que hay que ver en la zona y confirmar que vamos en la buena dirección.
A continuación ponemos rumbo a San Martín de Trevejo.
Este es un pueblo precioso, con el mismo encanto del archiconocido "Candelario de Salamanca" pero sin tanto "guiri" y con una lengua romance en vías de extinción conocida como A Fala,
Después de recorrer todos sus rincones, recuperamos fuerzas con un almuerzo-tapeo sencillo, pero de nivel, en el restaurante del pueblo "Los Cazadores".
Luego vuelta al coche y desandar el camino, al poco encontramos a la derecha en el Km. 24 la indicación Casa Rural "la Ramallosa - Camino de la Granja".
Este es un camino sin asfaltar de 6 Km. a prueba de aspirantes del Paris - Dakar. Pero al final, si mantienes el ánimo tienes la recompensa de la bienvenida de los propietarios de la finca, Alfonso y Rebeca, unas personas encantadoras que te enamorarán y harán real tu ilusión de encontrar el mejor sitio posible en la categoría de casa rural.
El emplazamiento es inmejorable, en plena naturaleza, rodeado de paisajes completamente vírgenes y a decenas de kilómetros de cualquier atisbo de civilización.
Las habitaciones de los chozos unifamiliares resultan cómodas, espaciosas y preciosamente decoradas.
Tienen en la finca piscina para relajarse, un entorno con caballos, ovejas, perros, gallinas, huerto, y olivares donde se elabora un exquisito aceite. La autonomía que permiten las cabañas hace que sean perfectamente compatibles la presencia de niños y mascotas. La gastronomía a degustar en la cena resultó hecha con mimo, saber y calidad.
Después de la cena es un "much" la relajada sobremesa con los anfitriones donde puedes compartir y aprender muchas particularidades del entorno.


http://www.fincalaramallosa.com/es
Cuando vence el sueño a la cama a descansar y a esperar el día siguiente donde seguirán los placeres del pequeño paseo antes del desayuno, y el desayuno mismo, que siguirá en la línea de productos caseros elaborados con calidad y acierto.

Un rato para volver a recrearse en la maravilla del lugar, algo de charla con los anfitriones, consejos para el camino de vuelta y un hasta pronto, con el sabor de lo bueno por breve dos veces bueno.
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