Este 27 de julio veremos lo que se conoce popularmente como una "luna de Sangre". La luna no desaparecerá, como suele pensarse, sino que adquirirá un color rojo intenso (o amarronado).
La explicación es óptica: la luz solar que atraviesa la atmósfera se "filtra" por el aire terrícola que dispersa las longitudes de onda más cortas. Solo los colores rojizos llegan a la superficie de la Luna.
Según la NASA, el eclipse durará 1 hora y 42 minutos, de modo que se convertirá en el eclipse de luna más largo del siglo. Empezará a las 21.30 horas y acabará a las 23.13 horas.
La Luna empezará a eclipsarse, entrada en la sombra terrestre, a las 20.24 horas.
Durante el eclipse, se podrá comprobar que la Luna no desaparece de la vista, sino que adquiere una tonalidad rojiza. La atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro de nuestro planeta, actúa como una lente que desvía la luz del Sol.
Al mismo tiempo, esta lente filtra eficazmente sus componentes azules y deja pasar solo la luz roja, que será reflejada por el satélite. De esta manera, la Luna adquiere un resplandor de cobre o rojizo.
Un eclipse lunar es un evento astronómico que sucede cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, ...
Comparando a los eclipses solares con los lunares, los solares son eventos que se ven desde una parte específica del mundo y duran unos pocos minutos, en cambio, los lunares pueden ser vistos desde cualquier parte de la Tierra y el espectáculo dura horas, siempre y cuando sea de noche. También los eclipses lunares se pueden observar a simple vista o con telescopios, mientras que los solares se tienen que ver obligadamente con protección contra la luz.
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