Son el club de los 100 millones de euros, un selecto ramillete de sicavs (sociedades de inversión de capital variable) cuyo patrimonio supera las tres cifras y detrás de las cuales se encuentran algunos de los apellidos más importantes del país, como March, Koplowitz, Ortega, Gallardo, Del Pino o Hernández Callejas.
De hecho, estas cinco sagas conforman el top 10 de las mayores sicavs del país, un ranking encabezado por Torrenova, vehículo ligado a la famosa familia de banqueros mallorquina, que tras apostar por abrirse a cualquier pequeño ahorrador ha conseguido sumar 5.360 accionistas y 1.233,8 millones de euros al cierre del primer semestre, según los datos oficiales publicados ante la CNMV.
Pero, mientras que los March encabezan la clasificación por patrimonio, la medalla de oro de la rentabilidad corresponde a otro nombre propio del mundo empresarial español: César Alierta. El presidente de Telefónica invierte gran parte de su fortuna personal a través de la sicav Lierde, vehículo que ha conseguido atraer a 598 accionistas, lo que le permite beneficiarse de todos los atractivos fiscales de los fondos de inversión, y que al cierre del primer semestre acumula una rentabilidad del 14,62%.
Las sicav sólo tributan al 1% mientras el dinero está dentro de la sociedad, cuando el participe quiere retirar sus ganancias estas pagan su tributación normal.
Este régimen es, en esta cuestión, bastante parecido al de los fondos de inversión y por los que no se pagan impuestos hasta que se retira la participación.
La diferencia es que en el caso de las Sicav, los propietarios tienen más flexibilidad en la política de inversión.
