En un hecho que no tiene precedentes, 6.000 inmigrantes marroquíes han llegado (y lo siguen haciendo) a Ceuta por el paso del Tarajal, llevando a la ciudad autónoma a un "estado de excepción", según ha descrito su presidente, y desatando una de las mayores crisis entre los dos países.
El Sáhara Occidental es uno de los principales elementos que existen detrás de esta gran crisis, detonada por la acogida por parte de España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, atendido por coronavirus en un hospital de Logroño.
Los expertos ven una "presión" de Marruecos para lograr contraprestaciones
"Lo que hemos venido viendo no solo ahora sino desde los últimos meses con el aumento en la llegada de personas migrantes a Canarias es que Marruecos está usando la cuestión migratoria como un instrumento de presión política para obtener contraprestaciones por parte de España y la UE y lograr un alineamiento con su propio proyecto político".
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Señala que la cuestión del Sáhara Occidental es un elemento central, pero no el único. También está la reivindicación por parte de Marruecos de Ceuta y Melilla, "algo que desde la perspectiva de la ONU no tiene fundamento".
"El Reino de Marruecos tiene muchas bazas, no diría que la inmigración sea el único elemento de presión que tiene con respecto a España","Hay otras cuestiones ligadas con la pesca o el Sáhara Occidental. Pero la cuestión migratoria es la que llama la atención".
Marruecos se ríe de España a costa de Ceuta: cientos de personas a la carrera por Tarajal
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El sátrapa rey Mohamed VI
¿Qué es ser sátrapa?
Persona que gobierna despótica y arbitrariamente y que hace ostentación de su poder.
Más pronto que tarde será inminente el estallido de una revolución en Marruecos, la "Revolución del Hambre" en rechazo a la opresión que el régimen de Marruecos practica contra el pueblo marroquí.
El sátrapa rey marroquí, Mohamed VI, empuja a miles de niños, mujeres y jóvenes contra las fuerzas armadas españolas.
Mohamed VI, ha timado a miles de niños, mujeres y jóvenes migrantes indefensos -que esperaban con ilusión poder dar el salto a una Europa idealizada- para que se arrojaran al mar tratando de alcanzar las costas ceutíes.
Antes de cruzar, muchos de ellos habían recibido la consigna de que las playas y el espigón del Tarajal estarían levemente vigilados por la falta de efectivos del estado español, siendo este uno de los puntos fronterizos más blandos. A medida que pisaban territorio español, se encontraban con una realidad bien distinta: antidisturbios disparando gases lacrimógenos, Guardias Civiles en patrulleras y hasta cuatro carros blindados del ejército. Y lo peor de todo, la devolución a territorio árabe.
Exhaustos y la mayoría con hipotermia, las personas procedentes del lado marroquí se iban amontonando en la playa abatidos. Algunos de ellos, quizás los más fuertes, han podido llegar a la ciudad de Ceuta, donde se han refugiado en cualquier agujero para que, esta vez, la policía local no los detuviera.
La dramática situación de estas personas utilizadas por un lado y por otro raramente mejorará. Aquí, a muchos les espera sufrir los clichés de la xenofobia, el rechazo de una Europa azotada por la crisis de la Covid y fustigada por los movimientos nacional-populistas de extrema derecha que los estigmatizará sin contemplaciones.
Trasladados en autobuses
La operación de Mohamed VI estaba perfectamente premeditada. Según ha publicado el portal EcSaharaui, al menos 9.000 personas habrían cruzado desde Marruecos hasta territorio español. Según fuentes citadas del gobierno ceutí, «todo estaba perfectamente organizado» porque hay autobuses que han llegado desde el interior de Marruecos a cuyos pasajeros se les indicaba la forma de cruzar la frontera y entrar en Ceuta: «cuando llegaban a la frontera, las propias fuerzas marroquíes les indicaban por dónde saltar».
De hecho, se ha hecho viral el video de un militar marroquí abriendo una de las puertas de la frontera para permitir el paso de estas personas. Por otro, lado el Consejo de Ministros del Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado hoy la entrega de 30 millones de euros más a Marruecos para el despliegue policial contra «la inmigración irregular».
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Mohamed VI, el rey de los mil sirvientes
El rey de Marruecos, Mohamed VI, es uno de los sátrapas más poderosos del continente africano. Su patrimonio está valorado en cinco mil millones de euros, superando con creces al de la reina de Inglaterra. Parte de esta fortuna la heredó de su padre, Hassan II (íntimo de Juan Carlos I, al que llamaba su «hermano del alma»), pero Mohamed VI la ha ampliado sustancialmente en dos décadas de autocracia.
Es dueño de 12 palacios para los que requiere un ejército de 1.100 servientes. Además, es propietario de uno de los hoteles más caros del mundo, el hotel Royal Mansour, con un spa de 1.500 metros cuadrados de mármol blanco. También posee uno de los yates más grandes que existen. En su haber dispone de decenas de coches de lujo. Parte de su imperio empresarial abarca una cadena de supermercados, además de seguros y bancos, por lo que su fortuna crece cada vez que los marroquíes van a la compra.
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Un ejército reforzado gracias a las compras y ayudas de Estados Unidos y Arabia Saudí
En los últimos años, Marruecos ha redoblado las inversiones en programas de armamento, además de recibir ayuda militar millonaria de Estados Unidos y de Arabia Saudí, entre otros países afines.
Entre los años 2011 y 2012, incorporó 24 cazabombarderos F-16 estadounidenses, por 2.200 millones de euros, a los que se sumaron otras 25 unidades más.
En 2018, las fuerzas terrestres marroquíes dieron un salto de calidad con 162 carros de combate M1A1 Abrams, también adquiridos a través del programa de excedentes de Estados Unidos.
Y a finales de 2019, las autoridades norteamericanas respaldaron una nueva venta de 36 helicópteros Apache a Marruecos, además de las adquisiciones de fragatas para crear una potente marina de guerra, que también cuenta con suministros como submarinos de Rusia, país que visitó en 2016 el monarca, Mohamed VI.
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HISTORIA
La Marcha Verde: historia del pacto secreto entre España y Marruecos
Rabat y Madrid pretendían utilizar a la ONU para organizar un plebiscito "controlado"
Con Franco en su lecho de muerte, fue el todavía príncipe Juan Carlos quien lideró las negociaciones. Aunque, en un principio, el aspirante a la corona no quiso saber nada del tema, según relató el jefe de la legación estadounidense en Madrid en septiembre del 75: "Juan Carlos no tiene ninguna intención de involucrarse en este problema, que sólo le podría traer consecuencias negativas".
Marruecos envió su primer grupo de "marchadores verdes" el 30 de octubre de 1975
El monarca español asumió la jefatura de Estado el 31 de octubre del 75 después de negarse a hacerlo una semana antes. Ese mismo día convocó un Consejo de Ministros y se puso manos a la obra. Sus contactos con su homólogo marroquí fueron constantes, como constató el embajador de EEUU en Rabat. Hasta entonces, según transmitió Stabler, "el Gobierno seguía vacilante" ante la falta de liderazgo y, sobre todo, el aumento de las presiones marroquíes. Rabat envió el primer grupo de "marchadores verdes" al Sáhara el 30 de octubre, y no el 6 de noviembre, fecha oficial del inicio de la Marcha Verde, para bloquear una posible intervención de Argelia contra la invasión.
En ese momento "sólo unos pocos altos oficiales españoles" participaban en las negociaciones, según informó desde Madrid el legado en uno de sus telegramas. Entre ellos ya no estaría Pedro Cortina. El ministro de Exteriores, en el cargo desde enero del 74 a diciembre del 75, aseguró ante el embajador que la política española original sobre el Sáhara, la del referéndum, no había cambiado. En otro informe, Stabler comentó que, entre lo confuso de la situación, "lo único claro es que [la opinión de Cortina] ha quedado totalmente descartada".
El 25 de octubre, en un encuentro con Solís a su regreso de Rabat, el ministro del Movimiento Nacional dio cuenta de su reunión con Hassan II, una reunión que calificó de "realista, positiva, dura y fructífera". En el documento, Stabler destacó que la mayor preocupación de España era, por encima de todo, evitar entrar en una guerra colonial con Marruecos: "Sería una tragedia que los soldados españoles en el Sáhara se vean envueltos en una confrontación abierta".El agonizante régimen de Franco, con Juan Carlos a la cabeza, accedió a la estrategia de Rabat para ocupar el Sáhara a cambio de una "salida elegante". El aún príncipe quiso desvincularse de las negociaciones por sus "consecuencias negativas".
Los embajadores estadounidenses detallaron las intenciones de unos y de otros mientras España bullía ante el ocaso de la dictadura y el inicio de la Transición.
La Marcha Verde de noviembre de 1975 impulsó e impuso a Marruecos como nuevo dueño, aunque, desde hacía meses, el Spanish Sahara era ya un asunto que copaba los informes de los representantes estadounidenses de Rabat y Madrid.
El rey Hassan II tomó la decisión de enviar a 350.000 civiles marroquíes y 20.000 soldados.
En 1974 España anunció que no tardaría en realizar un referéndum entre la población saharaui sobre su independencia. El reino alauí, que sabía que tenía las de perder ante el plebiscito, apeló al Tribunal Internacional de Justicia.
El principal órgano judicial de Naciones Unidas dictaminó el 16 de octubre del 75 que, aunque existían vínculos jurídicos entre Marruecos y el territorio del Sáhara Occidental, estos no establecían ningún vínculo de soberanía. Hassan II entendió lo que le convino. "No nos queda más remedio que recuperar nuestro Sáhara", anunció.
Conversaciones secretas
De aquella consulta popular sobre la autonomía de los saharauis no se supo más. Y hasta hoy. Mientras la administración franquista seguía defendiendo en público el derecho de autodeterminación reconocido por Naciones Unidas, mandaba a un representante para iniciar las conversaciones secretas con Rabat.
La estrategia marroquí para iniciar su conquista de la región había dado comienzo. España tenía las de perder, pero nada más lejos de la realidad. El régimen no sólo conocía los planes marroquíes, sino que los acordó con ellos. Un cable enviado desde la embajada en Marruecos el 23 de octubre dejó a las claras los términos del pacto que alcanzaron Hassan II y el enviado español José Solís, ministro del Movimiento.
El 2 de noviembre del 75 Juan Carlos viajó al Sáhara para, en teoría, dar su apoyo a las tropas allí destinadas. Marruecos dio por cumplidos sus objetivos y el 9 de ese mismo mes retiró la Marcha Verde.
Durante todos esos días ningún legionario o soldado español movió un dedo. El 14 España firmaba los Acuerdos de Madrid y se constituía una administración tripartita junto a Marruecos y Mauritania.
Duró hasta el 26 de febrero del año siguiente, cuando España finalmente abandonó a los saharauis, que empezarían a pasar de la ocupación española al dominio militar marroquí.
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La marcha verde es una película española dirigida por José Luis García Sánchez.
En 1975, mientras Franco agonizaba, el Príncipe, Jefe de Estado en funciones, se vio involucrado en un difícil problema: Hassan II, ante la inminente muerte del Dictador, organizó la «marcha verde» sobre el Sahara español, lo que colocaba al Ejército en una situación muy delicada: Marruecos no había declarado la guerra a España, no había, pues, que enfrentarse a ningún ejército enemigo.
Lo que se hizo fue asistir pasivamente a la invasión de la colonia española por grandes masas enardecidas de marroquíes. En ese contexto, a alguien del Ministerio de Información y Turismo se le ocurre enviar al Sahara una compañía de revistas musicales, la de Gloria del Toro, ya muy de capa caída, para levantar la moral de las tropas.
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