martes, 20 de diciembre de 2016

Alepo y la desesperación de los refugiados

Mensaje de los políticos a los refugiados -> No queremos dejaros pasar sin antes sensibilizar a nuestros ciudadanos sobre el drama de los refugiados

Pregunta de los refugiados -> ¿Y cuando acabéis de sensibilizarlos nos dejaréis pasar?

Respuesta -> Cuando acabemos serán ellos los que no quieran dejaros.

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Alepo se ha convertido en una metáfora de la desastrosa situación de Siria en la actualidad, con la mitad de la población forzada a abandonar sus hogares. Todos los desplazados forzosos en Siria necesitan ayuda urgentemente ante el comienzo de otro crudo invierno.

 Youtube - Desoladoras imágenes de una destruida Alepo a vista de dron (duración 1:29)


UNHCR - ACNUR La agencia de la ONU para los Refugiados

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se estableció el 14 de diciembre de 1950 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Agencia tiene el mandato de dirigir y coordinar la acción internacional para proteger y resolver los problemas de las personas refugiadas y apátridas en todo el mundo. Su objetivo principal es salvaguardar los derechos y el bienestar de las personas refugiadas y apátridas. El ACNUR trabaja para garantizar que todas las personas puedan ejercer su derecho a buscar asilo y a encontrar protección en otro Estado, además identifica soluciones duraderas para los refugiados tales como la repatriación voluntaria en condiciones dignas y seguras, la integración local o el reasentamiento a un tercer país.

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La desesperación de José de Espronceda

Me gusta ver el cielo con negros nubarrones
y oír los aquilones horrísonos bramar,
me gusta ver la noche sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas la tierra iluminar.

Me agrada un cementerio de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno que impida el respirar,
y allí un sepulturero de tétrica mirada
con mano despiadada los cráneos machacar.

Me alegra ver la bomba caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo, sin mecha al parecer,
y luego embravecida que estalla y que se agita
y rayos mil vomita y muertos por doquier.

Que el trueno me despierte con su ronco estampido,
y al mundo adormecido le haga estremecer,
que rayos cada instante caigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamento me agrada mucho ver.

La llama de un incendio que corra devorando
y muertos apilando quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano, volverse todo tea,
y oír como chirrea ¡qué gusto!, ¡qué placer!

Me gusta una campiña de nieve tapizada,
de flores despojada, sin fruto, sin verdor,
ni pájaros que canten, ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre la muerte en derredor.

Allá, en sombrío monte, solar desmantelado,
me place en sumo grado la luna al reflejar,
moverse las veletas con áspero chirrido
igual al alarido que anuncia el expirar.

Me gusta que al Averno lleven a los mortales
y allí todos los males les hagan padecer;
les abran las entrañas, les rasguen los tendones,
rompan los corazones sin de ayes caso hacer.
./.

La indiferencia y la insensibilidad no nos impiden ver la realidad, pero sí pone anestesia en nuestro corazón

¡Vaya vergüenza! ¡Cuánta barbarie! ¡Qué inhumanidad!
¡Eh! ¿A dónde va toda esa gente? ¡Nos invaden! ¡Alto! ¡Aquí no los queremos! ¡Regresen a su país, refugiados!

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