jueves, 1 de agosto de 2019

Edadismo o Gerontofobia en Telefónica


El edadismo es la estereotipificación y discriminación, a personas o colectivos por motivos de edad.

¿Vivimos en una sociedad del doble discurso, que toma "en serio" el envejecimiento poblacional, mientras por otro lado, avalamos la vulneración de autoestima de un segmento poblacional que se incrementa cada vez más?

La gerontofobia, el rechazo a los adultos mayores, parece ir creciendo asolapadamente en la sociedad, especialmente en el mundo laboral.

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La Comisión Negociadora del II Convenio Colectivo de las empresas públicas Adif y Adif Alta Velocidad (Adif AV) ha aprobado la aplicación, en ambas entidades, de la jubilación obligatoria para garantizar el relevo generacional y el futuro de sus respectivas plantillas.

Este avance en el marco del convenio colectivo, añade, se produce «en un momento clave para ambas empresas», inmersas en un proceso de modernización.

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En Telefónica dónde se está negociando el II convenio de empresas vinculadas, preguntados los sindicatos UGT y CCOO que opinan al respecto, guardan un silencio que no presagia nada bueno.

Y los que lo hacen dicen que es para facilitar el empleo juvenil cuando la realidad es que

"La senda de Telefónica que empezó Alierta" es la destrucción de empleo. 



 Según los cálculos del sindicato, la operadora ha recortado más de 31.500 empleos en apenas quince años a través de los sucesivos ERE aplicados.

El primero, ejecutado entre 1999 y el 2000 afectó a 10.800 trabajadores.

Tres años más tarde se aprobó otra regulación de empleo que se cobró 13.870 empleos más hasta el 2007, a los que hay que añadir la amortización de otros 6.830 puestos de trabajo en el ajuste laboral, que se realizó entre el 2011 y el 2013.

Un ERE, este último, que provocó gran enfado en el Gobierno y motivó un cambio legal, bautizado como enmienda Telefónica, que obliga ahora a las empresas de más de 500 trabajadores a abonar los costes que suponen para el Estado las regulaciones de empleo que aprueben mientras se encuentren en beneficio.

Quizá por ello, el último ajuste pactado entre la empresa y los sindicatos mayoritarios ya no tiene forma de ERE, se cambia el nombre a PSI y se aplica a los mayores de 53 años.

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Tal convenga aprender de otros países donde se valora y respeta a los mayores


El líder en los sondeos, Joe Biden, tiene 76 años; el segundo, el senador izquierdista Bernie Sanders, tiene 77; y la tercera en discordia, la senadora Elizabeth Warren, también ubicada en el ala más progresista del partido, tiene 70. 

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DINAMARCA
 

se suprime la jubilación forzosa
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El Parlamento danés acaba de aprobar una modificación de la Ley Antidiscriminación que permitirá a las personas seguir trabajando siempre y cuando conserven sus habilidades, sus posibilidades y su deseo para continuar activos. Este proyecto, que ha sido impulsado por el gobierno danés, elimina la jubilación forzosa a los 70 años de edad.

ALEMANIA

plantea la jubilación voluntaria a los 70 años
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El seguro de pensiones alemán (DRV) ha recibido en torno a 186.000 peticiones de jubilación que se acogen a esa nueva posibilidad y, en un sistema de pensiones gravemente amenazado por el factor demográfico, es necesario compensar cuando antes esa pérdida de contribuyentes.

La patronal alemana, que de entrada apoya la propuesta de Weise, se enfoca en la necesidad de crear "incentivos" para que los trabajadores continúen en sus puestos durante más años.

ESPAÑA
Cinco Días es un diario económico español fundado en 1978, lo que le hace el más antiguo de la prensa económica española.

Por qué los séniors son un valor imprescindible
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Es necesario abordar reformas para que los mayores de 55 años que lo deseen sigan trabajando.

Los beneficios que ocasionan a las personas disfrutar de un trabajo digno no aplican a partir de los 60 años. En España, menos de la mitad, exactamente el 44%, de la población activa de entre 60 y 64 años trabaja, frente al 54% de Reino Unido, el 58% de los Países Bajos, el 59% de Alemania o el 72% de Suecia.

Es imprescindible abordar cambios tanto legales como también culturales, para que aquellos mayores de 55 años que quieran seguir trabajando puedan hacerlo. No solo porque la discriminación por edad es una injusticia, sino porque nuestro tejido empresarial no puede prescindir de valores que nadie mejor que los séniors atesoran.

La 'cláusula Telefónica'
Es una medida del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero matizada después por el de Mariano Rajoy que obliga a las empresas de más de cien trabajadores que ejecutan EREs teniendo beneficios a adelantar el coste del subsidio de desempleo de los trabajadores mayores de 50 años que son despedidos en esos expedientes.

La medida, conocida por ese nombre al tener su origen en el despido colectivo de más de 6.000 trabajadores que la multinacional española ejecutó el mismo año que, en plena crisis, obtenía un récord de beneficios de 10.000 millones de euros, ha aportado desde entonces 415 millones de euros a las arcas de la Seguridad Social, según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

Evitar que el coste de los despidos se externalice y socialice

La 'cláusula Telefónica' tenía como objetivo descargar al Estado de una de las estratagemas de las que las empresas se han servido tradicionalmente a la hora de negociar y ejecutar los EREs: los periodos de desempleo a los que tenían derecho los trabajadores afectados, formalmente objeto de despido aunque su salida fuera voluntaria, se incluían en el cálculo de las indemnizaciones y/o se aprovechaban como un periodo de transición hasta el retiro, con lo que era el Estado el que venía asumiendo una parte de esos costes por la vía del subsidio, como han venido denunciando sindicatos como CGT, UGT y CCOO.

Esa triquiñuela, ante la que el propio Estado había preferido hacer la vista gorda durante décadas, agrandaba el boquete financiero de la Seguridad Social, ya que a menudo se trataba de empleados con largas carreras de cotización y elevados sueldos, especialmente en el caso de los antiguos prejubilados de la banca, lo que generalmente les daba derecho a dos años de subsidio y, a menudo, con las cuotas mensuales máximas.

Ante esa situación, el Ministerio de Trabajo optó en 2010, el año de la transición de Celestino Corbacho a Valeriano Gómez, por obligar a las compañías de más de cien empleados y con beneficios a adelantar el coste del desempleo de los mayores de 50 años, una exigencia que se sumó al convenio espacial con la Seguridad Social con el que cualquier empresa debe cubrir la cotización de los despedidos de más de 55 años hasta la edad de jubilación.

La derogación de esta medida, que impedía externalizar una parte del coste de los despidos antes de que la reforma laboral los abaratara y evitaba la socialización de esos gastos, ha sido una reivindicación constante de las empresas desde su entrada en vigor a principios de 2011.

Los beneficiarios del ERE de Telefónica perderán el 30% de su pensión de jubilación

Así se cocinan los apetitosos EREs de la banca

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