Los tlaxcaltecas fueron los más encarnizados enemigos de los aztecas. Fue el único señorío que logró conservar su total independencia, haciendo frente a la expansión de sus vecinos de Tenochtitlan durante los siglos XV y XVI.
La Confederación Tlaxcalteca estaba conformada por 21 pequeñas Ciudades-Estados ubicadas en el actual Estado de Tlaxcala.
En 1519, sus tierras fueron invadidas por los españoles liderados por Hernán Cortés, entonces 40 mil guerreros tlaxcaltecas les hicieron la guerra dirigidos por su cacique principal Xicotencatl.
Los combatieron encarnizadamente hasta que comprendieron que los “barbudos”, con las armas que tenían, eran casi invencibles, y que les convenía tenerlos de su lado para destruir el Imperio Azteca.
Por el cronista Bernal Díaz del Castillo sabemos que los hispanos llegaron a Tlaxcallan el 23 de septiembre de 1519. Posteriormente sellaron una alianza y cinco hermosas doncellas de la nobleza fueron entregadas por Xicontencatl a Hernán Cortés, quien las hizo bautizar y repartió entre sus principales capitanes.
A partir de entonces los tlaxcaltecas combatieron lealmente junto a los españoles hasta la conquista y destrucción de Tenochtitlán (1521), logrando por ello importantes privilegios durante los años del Virreinato de Nueva España.
Originalmente los tlaxcaltecas provenían de tres grupos étnicos: náhuatl, otomí y pinome, que al transcurrir el tiempo formaron uno solo. Hacia el año 1208 fundaron la ciudad de Tlaxcala, cuyo significado es
el lugar de las tortillas de maíz, y sometiendo a varios pueblos lograron levantar un reino.
Durante años, los tlaxcaltecas y los aztecas permanecieron en guerra, sin embargo, el poderío mexica solo logró rodearlos territorialmente. Con ello, los tlaxcaltecas se encontraban económicamente aislados y frecuentemente asediados.
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Los Mayas y los Aztecas
La maya y la azteca son culturas que se desarrollaron en México antes de
la llegada de los europeos, pero confundirlos es como decir que los
españoles y los alemanes son lo mismo sólo porque viven en Europa y ambos beben cerveza.
Los primeros en establecerse durante el siglo 9 antes
de Cristo fueron los Mayas, descendientes de las primeras culturas
americanas los olmecas y Toltecas los cuales probablemente son las
mismas gentes que cruzaron el estrecho de Bering.
Nota: Un estudio reciente asegura que los primeros humanos no llegaron a América a través del estrecho de Bering sino por la costa del Pacífico, según un estudio publicado por la revista Nature. La ruta de entrada por un corredor entre Siberia y Alaska fue “biológicamente inviable” para los antiguos pobladores. enlace
Los
Mayas se ubicaron en el sur de México, Guatemala, Belice, llegaron a
ser una cultura muy avanzada, fueron la única civilización americana que
desarrolló una escritura compleja de la cual nos quedan solamente 2
libros, además de haber inventado el cero, lo que les permitió realizar
cálculos matemáticos sumamente complejos que les permitieron calcular el
movimiento de las estrellas y construir edificios mucho más altos que
sus contemporáneos.
En la actualidad no se conoce una
capital de un “imperio” maya pero se sabe que construyeron varias
ciudades estado que estuvieron en guerra entre si hasta que por razones
aun desconocidas fueron abandonadas haya por los tiempos.
Los
Aztecas por su parte son un pueblo mucho más reciente, ya que las
grandes ciudades Mayas se habían desaparecido, los Aztecas llegaron del
Norte Eran un pueblo nomada guerrero conocido como los Mexicas, que al
llegar al centro del valle de México y se estableció en el lago de
Texcoco donde fundarían la capital del imperio azteca y se dedicarían a
conquistar a sus vecinos.
Al ser un pueblo previamente nomada, los
aztecas estaban mas emparentados con las tribus del norte, cuando
llegaron a la ya entonces abandonada ciudad de Teotihuacán, quedaron tan
maravillados que se inspiraron en su arquitectura para su ciudad (mucho
más horizontal)
Similitudes:
Ambas se ubicaban en México
Ambas construyeron pirámides
Ambos tenían un dios Serpiente emplumada (
Quetzalcoatl en los aztecas,
Kukulcán en los mayas, pues ambos provienen de deidades de culturas mucho más antiguas como la Tolteca o quizás la Olmeca)
Diferencias:
AZTECAS:
Pueblo
militar que tenía bajo su control a gran parte del centro del golfo y
Centro de México, practicaban la guerra ritualista con objetivo de
mantener el control sobre los pueblos que dominaban
Apogeo: de 1300 a 1500 DC
Gobierno: Monarquía Empezó con la alianza de 3 reinos Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan
Ubicación: Del golfo al Centro de México, provenían del norte del país.
Actividades: Se dedicaban a la agricultura, el comercio y la guerra
Hablaban
Náhuatl el cual esta más relacionado con leguas del norte de América caracterizado por las terminaciones “Tl”
Diseñaron acueductos
MAYAS
Los
mayas llegaron a ser una cultura extremadamente avanzada, es la única
cultura mesoamericana que desarrolló una escritura a base de Fonemas ,
inventaron el 0 lo que les permitió realizar cálculos matemáticos muy
precisos con los que calcularon eclipses e incluso tenían un año solar
mucho más exacto que el nuestro.
Apogeo: 250 a 900 AC
Ubicación: Sur de México y Centroamérica
Gobierno: Teocrático, se conocen muchas ruinas de ciudades estado y se sabe que había intercambio comercial entre ellas
Actividades: Agricultura, comercio, Astronomía
El maya es toda una familia de lenguajes en si.
Cuando llegaron los españoles, la cultura maya residía en pequeños
reinos y comunidades esparcidos en la península de Yucatán y Guatemala,
mientras que el imperio mexica estaba en su máxima expansión.
Con la ayuda de pueblos dominados por los mexicas y las enfermedades que importaron (como la viruela, el sarampión, la peste bubónica, la difteria, el tifus, la escarlatina, la varicela, la fiebre amarilla) los europeos derrotaron al imperio Azteca en pocos años, pero les tomó casi otros 100 conquistar a los pueblos Mayas.
Todavía
en 1761, el maya Jacinto Canek lideró una rebelión indígena en Yucatán.
De hecho, la herencia maya sigue viva en la actualidad: los
lacandones, zoques, tzotziles y tzeltales, entre muchos otros, aún hablan lengua maya y conservan sus tradiciones.
En cuanto a los mexicas, tienen sus herederos
en los pueblos nahuas que habitan el centro de México y su lengua,
el náhuatl, está presente en el español en cientos de palabras, como coyote, tomate y chocolate.
¿Cuales son las diferencias entre mayas y aztecas?
Primero, la ubicación.
Mientras que los mayas se se establecieron en lo que hoy es el sureste de México, Guatemala, Honduras y el Salvador, el imperio llamado “Azteca” abarcó del golfo al centro de México.
Cuando los aztecas llegaron a su mayor expansión, por el año 1300, la civilización maya ya había pasado su periodo clásico que fue 400 años antes.
Las primeras ciudades mayas se fundaron por el año 750 AC (al mismo tiempo que se fundaba Roma) y las últimas fueron abandonadas por el año 950 DC, cuando Europa estaba en plena edad media.
Los aztecas, llamados más propiamente “mexicas” fundaron su imperio en el siglo 14 (cuando los Médici se volvían de las casa más poderosa de Europa) y duró hasta 1521 con la llegada de los españoles. Su dominio prevaleció poco más de 100 años.
La lengua de los mayas está emparentada con las de Centro y Sudamérica . Entre sus dioses están Chaac, el dios de la lluvia, y Kukulcán, la serpiente emplumada.
Los mexicas, por su parte, provenían de las tribus del norte de México y sur de Estados Unidos. Al llegar al valle de México, tomaron y adaptaron varios elementos de la culturas locales. Aunque las grandes ciudades mayas se habían abandonado, la gente y su cultura aún permanecían.
El equivalente mexica de Chaac era Tláloc, (Tláloc es el dios del rayo, de la lluvia y de los terremotos) y trajeron a su propio dios de la guerra, Huitzilopochtli, como su deidad principal.
Por sus orígenes tan diferentes,
el lenguaje de los mexicas (el náhuatl) y el maya tienen estructuras tan distintas como el español y el alemán.
Los mexicas se asentaron en el Lago de Texcoco, el cual se transformó en la poderosa ciudad de Tenochtitlan allá por el año 1325.
Desde ahí el “Huey Tlatoani” (
expresión náhuatl, usada para denominar a los gobernantes) exigía a los pueblos conquistados tributo de pieles, cosechas, artesanías y jóvenes para sacrificios humanos. ¡Los impuestos eran peores que en estos días! Los mayas nunca tuvieron un imperio consolidado, sino que eran una serie de ciudades-estado gobernadas por los sacerdotes entre las cuales había comercio y constantes guerras.
La cultura maya llegó a ser muy avanzada: son el pueblo americano con el sistema de escritura más sofisticado: usaban ideogramas (símbolos que significan ideas) y fonogramas (símbolos que se traducen en sílabas).
Además tenían el concepto del número cero, que les permitía hacer cálculos extremadamente complejos con lo que predijeron el movimiento de los astros y construyeron pirámides más altas que los aztecas… o cúpulas y arcos, Algo que los mexicas no tenían (además de hacer espacios interiores más amplios).
Los mexicas, a su vez, desarrollaron importantes tecnologías para la agricultura como las
chinampas y canales para regar sus cultivos, o sistemas de drenaje que asombraron a los españoles tanto como el aseo personal, lo cual les permitió tener una ejército bien cuidado para sus conquistas.
Una chinampa (del náhuatl chinamitl, seto o cerca de cañas) es un método mesoamericano antiguo de agricultura y expansión territorial que, a través de una especie de balsas cubiertas con tierra, sirvieron para cultivar flores y verduras, así como para ampliar el territorio en la superficie de lagos y lagunas del Valle.
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El mito de Hernán Cortés (admirado y odiado por igual)
Hernán Cortés nació en 1485 (Medellín - Badajoz), llegó a América en 1504 y en 1519 desembarcó en México.
Un aventurero de 36 años dio a España la mayor conquista territorial de toda su historia: se llamaba Hernán Cortés, corría 1521 y aquella conquista era el imperio mexica de los aztecas.
Aún más: la conquista de la capital azteca, Tenochtitlán, abrió el camino para el nacimiento no sólo de un inmenso imperio, sino también de una idea que andando el tiempo se llamaría “Hispanidad”.
Cortés era un hidalgo de rango menor que a los 19 años pasó a América en busca de fortuna. No era un guerrero ni un político, pero las circunstancias le convertirían en ambas cosas a la vez.
Instalado en Cuba, en 1519 saltó al continente. Lo que en principio iba a ser un mero reconocimiento de las costas del Yucatán, terminó como una conquista en toda regla, contraviniendo las órdenes del gobernador de Cuba, Velázquez, que en vano intentó detener a Cortés.
En su periplo por las tierras mejicanas, Cortés descubrió que numerosos pueblos de la región –totonacas, tlaxcaltecas, etc.- profesaban un odio sordo a los aztecas, cuya hegemonía les resultaba insoportable por los pesados tributos que les imponían y por su hábito de capturar presos para sacrificarlos a sus dioses.
Los españoles, que nunca llegaron a ser más de quinientos, utilizarán eso en su favor. La conquista de México no fue sólo española: fue obra también de un alto número de pueblos sometidos que esperaban a un libertador.
Hernán Cortés supo jugar ese papel. El 8 de noviembre de 1519 entraba en Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, en el actual Méjico, y se entrevistaba con el emperador Moctezuma.
Las intenciones de Cortés eran lograr un sometimiento voluntario de Moctezuma, muy influido por las profecías que hablaban del retorno de los enviados “blancos y con barbas” del dios Quetzalcoatl.
Pero un importante sector de la nobleza y de los sacerdotes aztecas se mostraban mucho menos sugestionables. Cuando Cortés tuvo que abandonar temporalmente Tenochtitlán dejando al mando a Pedro de Alvarado, este cometió el grave error de reprimir a sangre y fuego una supuesta conjura.
Los españoles tuvieron que huir sufriendo grandes bajas. Fue la “noche triste”. Cortés logró rehacerse y derrotar a los aztecas en la batalla de Otumba, tras la cual recuperó la confianza de sus aliados indígenas y planificó con calma la conquista de Tenochtitlán.
La batalla final fue, en realidad, una lucha a muerte entre indígenas donde tlaxcaltecas y totonacas ajustaron sus cuentas con los aztecas.
Pero quien obtuvo la victoria política fue Hernán Cortés, que el 13 de agosto de 1521 rendía la ciudad.
El imperio azteca se transformaba en la Nueva España. Fue la mayor conquista lograda hasta entonces en América.
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López Obrador, ha asumido la Presidencia de México para el periodo 2018-2024.
López Obrador, de 64 años, había asegurado que esta sería la última vez que luchaba por la presidencia.
De no terminar en Los Pinos, se iría a La Chingada, el nombre de su finca, y una expresión que, en México, también significa irse a la mierda.
En esta ocasión, el líder de Morena, la formación progresista que fundó a su imagen y semejanza después de abandonar el Partido Revolucionario Democrático (PRD) tras las últimas elecciones, se erige como un político capaz de acoger a todo aquel que quiera un cambio para México, independientemente de su pasado y filiación ideológica.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, envió
recientemente una carta al Rey de España, Felipe VI, en la que le insta
a reconocer los atropellos que las autoridades mexicanas consideran que
se cometieron durante la conquista y a pedir disculpas por ellos.
Envié ya una carta al rey de España y otra carta al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derecho humanos. Hubieron martanzas, imposiciones, la llamada "conquista" se hizo con la espada y con la cruz. Vamos a reconciliarnos, pero primero pidamos perdón, yo lo voy a hacer también porque después de la colonia hubo mucha represión a los pueblos originarios.
En 2021 se celebran 500 años de la caída de Tenochtitlán y los 200 años de la independencia de México. Pero ya este año el calendario obliga a recordar un acontecimiento algo incómodo: la llegada de Cortés con medio millar de hombres y que acabó con la victoria de los conquistadores españoles.
El Gobierno de López Obrador sostiene que no se puede celebrar ninguna conmemoración sin ir antes a una reconciliación, por lo que quiere diseñar una hoja de ruta hasta ese año
para convertir a 2021 como el año “de la gran reconciliación”, en palabras del presidente mexicano.
enlace
Que dicen los italianos que nos pedirán perdón por lo de
Viriato si antes los alemanes les piden perdón por lo de Odoacro. A los
alemanes les vale siempre y cuando Mongolia les pida perdón por lo de Atila. Los hoy pacíficos
mongoles se avienen a ello, previas disculpas de China por lo suyo. La
milenaria cultura china no tiene inconveniente en reconocer que fueron unos
cabrones siempre que Reino Unido reconozca que se pasaron tres pueblos yendo
allí a joder la marrana. Impertérritos, los ingleses piden para dar el paso
(que también les exigen aborígenes de australia, norteamérica, áfrica y
diversas naciones e islas del mundo entero) la previa disculpa de Italia por la
falta de tacto de Julio César en su día. Los italianos, interpelados por
segunda vez, insisten en que sí, que vale, pero que (en un intento algo tosco
de desviar el foco mediático), igual los persas, los rusos o los árabes tambíén
deberían hacer examen de conciencia (esame di coscienza)...
López Obrador, la has liado parda, igual lo mejor es que dejes de hacer el ridículo y pidas tú perdón a los aztecas,
dado tu apellido es posible que fueran tus antepasados los que cortaron sus cabezas... aunque claro, antes convendría que los descendientes de aztecas pidieran perdón a los descendientes de tlaxcaltecas, poco satisfechos cuando recuerdan que los aztecas se comían a sus antepasados de cuando en cuando...
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Obrador es de ascendencia cántabra, sin una gota de sangre indígena, para reprocharle que fueron sus ancestros, y no los de quienes nos quedamos aquí, los que conquistaron aquellas tierras.
Es completamente inverosímil pensar que los 500 hombres que desembarcaron y que, al llegar a Tenochtitlan apenas llegaban a 300, podía llevar adelante solos tamaña empresa sin los totonacas y los tlaxcaltecas.
Nadie puede obviar que los 80.000 totonacas formaban el grueso de la expedición.
Y pedir 500 años después perdón por aquello es como si nosotros le reclamáramos ahora a Italia el perdón por las conquistas de Escipión el Africano. ¿Dónde se para el perdón? Porque 300 años antes de los españoles, fueron los aztecas los que llegaron al valle de México y conquistaron e impusieron su ley, y no eran precisamente hermanitas de la caridad.
Cuando los pueblos que vivían bajo el yugo azteca se levantaron contra ellos, es porque fáciles de soportar desde luego no eran. Todavía hay más de un millón de hablantes de náhuatl descendientes de los aztecas en México. ¿Tienen que pedir perdón también ellos?
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México es el destino prioritario de la exportación española en América Latina.
México es el punto preferido en Latam para las exportaciones y concentra las expectativas de crecimiento de las empresas que tienen como meta los mercados regionales: un 57,5% declara que dirigirán sus ventas a México, frente al 43,9% que opta por Brasil; el 33,1% que se decanta por Chile y el 30,6% que prefiere Argentina. Más atrás quedan Colombia (30,6%) y Perú (22,2%).
Empresas y bancos con intereses en el país
Barceló Hotel Group, ya presente en Yucatán-Riviera Maya. Grupo Palladium. Duro Felguera, Ingeteam, Siemens Gamesa, Sacyr, Técnicas Reunidas, Acciona, FCC, Iberdrola, ACS.
BBVA-Bancomer, Inditex, Mango, Meliá, OHL, FCC, Iberia, Telefónica, Gas Natural, Mapfre, Gamesa, NH, Agbar, Elecnor
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La Venganza de Moctezuma
La "Venganza de Moctezuma" es una expresión popular que se refiere a una
de las manifestaciones de la diarrea del viajero, particularmente hace
alusión a los padecimientos diarreicos causados a los turistas o
güeritos que visitan México. Se conoce en México como güerito a cualquier “extranjerito” de tez clara.
El origen de esta legendaria historia se remonta al siglo XVI, a los tiempos del último Rey Azteca, Moctezuma II.
Los conquistadores españoles habían invadido Tenochtitlán, capital del Imperio, y secuestrado al Gran Moctezuma para obligarle a mediar con la población aborigen.
Hastiados por los abusos de los conquistadores, escuadrones de exaltados guerreros indígenas sitiaron los alrededores del palacio de Moctezuma.
Para apaciguarlos, Hernán Cortés pidió al Rey Azteca que desde un balcón informase a los suyos de que los españoles pretendían abandonar la ciudad, por lo que debía culminar la guerra.
Según la versión española, recogida en los textos de Bernal Díaz del Castillo, al salir al balcón, los enfurecidos aztecas arrojaron al Gran Moctezuma tres pedradas mortales. Historia que dista, por supuesto, de los relatos mexicas, que acusan a los españoles de asesinar a su Último Rey.
Cerca de dos siglos después, un mal comenzó a extenderse en el Viejo Continente. El rostro de miles de europeos se desfiguró y la locura les invadió, muriendo por fuertes cólicos indigestos.
Mientras en España se conoció la enfermedad como Mal de la Rosa, en México se atribuyó a un maleficio.
El trastorno que afligía a los europeos era provocado por el maíz que los españoles exportaban desde América.
Al procesarlo, estos desoyeron los consejos de los nativos mesoamericanos, impidiendo al maíz liberar la Vitamina B3, esencial para la salud humana.
Esta carencia provocó la muerte de muchos españoles, asegurando los más supersticiosos que se trataba de la ansiada venganza del Gran Moctezuma contra los conquistadores.
A pesar de que no era muy de su agrado, el maíz estaba libre de los impuestos que imponían el gobierno español y la Iglesia, por lo que era más económico y por tanto el sustento alimenticio ideal para la gente de recursos limitados.
Sin embargo, cuando los españoles intentaron procesar el maíz, lo trataron como si fuera trigo, descartando el proceso de nixtamalización que le daban los nativos mesoamericanos al maíz.
Al omitir el proceso de nixtamalización, el maíz no libera niacina (o vitamina B3), que es un elemento indispensable para la alimentación humana; y al hacer falta en una dieta basada únicamente en maíz, traía como consecuencia una serie de desarreglos y deficiencias que llegaban hasta provocar la locura y la muerte de los que padecían la deficiencia de este componente. Este padecimiento costó en Europa la vida de muchas personas.