jueves, 1 de julio de 2021

Insostenibilidad de la Seguridad Social o estamos en el cuento del traje nuevo del emperador

 
 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi (2d), el secretario general de UGT, José María Álvarez Suárez (i), el secretario general de CC.OO., Unai Sordo (2i), y el vicepresidente de CEPYME, Santiago Aparicio (d), durante la firma del acuerdo para la reforma de las pensiones este jueves en el Palacio de la Moncloa en Madrid - EFE

D. Antonio Garamendi de la patronal CEOE consiguió que los sindicatos aceptaran la cláusula del despido forzoso y no remunerado a los mayores de 65 para abaratar los costes laborales echando a los trabajadores con mayor nómina.

Luego como ya no se pueden seguir haciendo PSI por las demandas que hay en los tribunales, se les ha propuesto a los sindicatos que vendan a sus afiliados la idea de la jornada reducida a 4 días, que resultará en un menor sueldo e igual carga de trabajo.

Y todos contentos, la CEOE porque disminuye costes, los sindicatos paniaguados porque siguen pastoreando sin enfadar al amo, y los trabajadores porque siguen en sus sueños de Matrix mientras les aplican el "efecto de la rana hervida".

¿Que pasará en el futuro con los recortes de las pensiones? ¿Qué más da, mientras seamos covid-idiotas celebrando el fin del estado de alarma? 

Decía la filósofa Ayn Rand que podemos ignorar la realidad, pero que lo que no podemos ignorar son las consecuencias de ignorar la realidad. No hay frase que mejor describa la estrategia que está siguiendo nuestra clase política respecto al grave problema al que se enfrenta el sistema público de pensiones.

Los sistemas de pensiones de reparto, como el español, se basan en ir pagando las pensiones actuales con las cotizaciones aportadas por los trabajadores actuales. A cambio, los trabajadores actuales reciben la promesa de que serán los trabajadores futuros quienes pagarán sus pensiones.

Por tanto, es fácil averiguar si el sistema es o no sostenible: si, de forma estructural, las cotizaciones cobradas a los trabajadores son suficientes para cubrir las pensiones a pagar, el sistema será sostenible. De lo contrario, solo quedarán dos opciones: o se reforma el sistema para volver a hacerlo sostenible, o se entrará en una espiral de acumulación de deuda que por su propia insostenibilidad terminaría conduciendo a la insolvencia.

En este sentido, el sistema de pensiones español no puede tener peores perspectivas. Desde 2011, el coste de pagar a los pensionistas es estructuralmente superior a los ingresos que el sistema es capaz de recaudar. El agujero, de entre 16.000 y 20.000 millones de euros anuales, se agranda año a año, y no tiene perspectivas de dejar de crecer.

El problema de fondo es que la demografía española va a ser implacable durante las próximas décadas: mientras que el número de pensionistas se va a disparar, cada vez va a haber menos españoles en edad de trabajar. Si en 2019 ya estábamos en dos trabajadores por pensionista, inevitablemente esa ratio se va a ir estrechando hasta que, en 2050, cuando mi generación empiece a jubilarse, solo habrá en torno a un trabajador por pensionista. Cada trabajador, dicho de otro modo, va a tener que pagar con su salario la pensión de un pensionista.

¿Qué están haciendo nuestros gobernantes para afrontar este abismo al que se enfrenta el sistema de pensiones? En una palabra: nada. El Gobierno está siguiendo la estrategia del avestruz, ignorando por completo la insostenibilidad en la que está ya inmersa la Seguridad Social. Pedro Sánchez y sus ministros tienen la vista puesta, no en el auténtico problema al que se enfrentan los españoles, sino en las próximas elecciones.

Esta semana, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, anunció a bombo y platillo que el Gobierno, los sindicatos y la patronal habían alcanzado un acuerdo para reformar el sistema de pensiones. Sin embargo, bien podría decirse que lo que se ha alcanzado es un acuerdo para hacer las pensiones aún más insostenibles.

Por un lado, han anunciado que van a revertir la reforma llevada a cabo por el Gobierno de Rajoy, volviendo a indexar las pensiones anualmente al IPC y derogando el factor de sostenibilidad, cuya finalidad era ir adaptando el cálculo de las pensiones a pagar a los ingresos reales que fuera capaz de recaudar el sistema. Esto supondrá un desequilibrio adicional que alcanzará un importe anual del 5% del PIB en 2050.

A cambio, la reforma del Gobierno contempla dar incentivos para retrasar la edad de jubilación efectiva, en el mejor de los casos, en dos años. De acuerdo a la AIReF, esto recortaría el agujero en un importe que no llegaría al 0,8% del PIB al año para 2050. Es decir, que el efecto combinado de la reforma del Gobierno parece destinada a agravar el problema.

El Gobierno admite que a esta reforma le hace falta una segunda parte que aborde la insostenibilidad financiera del sistema. Pero todo apunta a que la estrategia va a seguir siendo dar patadas hacia adelante, por si con suerte puede terminar siendo un Gobierno de signo contrario quien lleve a cabo las inevitables medidas impopulares.

La realidad es que, de no abordar este enorme desequilibrio, la Seguridad Social podría tener que sumar a la deuda pública ya existente, que cerró en 2020 en el 120% del PIB, un 100% adicional del PIB durante las próximas tres décadas. Es decir, una cifra completamente insostenible para una economía como la española, que quedaría abocada a la insolvencia.

En este sentido, el anuncio de que el Estado realizará transferencias anuales de hasta el 2% del PIB a la Seguridad Social con cargo a Presupuestos Generales del Estado, no cambia en absoluto la mala situación del sistema: con independencia del epígrafe al que se apunte, o se cierra el agujero entre lo que cobran los pensionistas y lo que pagan los trabajadores, o se seguirá generando la misma dinámica de endeudamiento. Lo que no salga de un bolsillo de los españoles, tendrá que salir del otro.

En definitiva, quien debería exigir que se lleve a cabo una reforma en profundidad que garantice la sostenibilidad del sistema de pensiones en ningún caso tendría que ser la Unión Europea, que es a quien se pretende engañar con esta tramposa contrarreforma.

Deberíamos ser los propios ciudadanos españoles quienes lo reclamemos. Nuestros gobernantes podrán optar por ignorar la realidad, pero somos nosotros quienes sufriremos las consecuencias.
 
El ministro de Seguridad Social también pretende que los porcentajes reductores pasen a aplicarse sobre el importe de pensión previo que haya sido calculado y no sobre la base reguladora.
 
Aprovechar el momento

Hasta el 30 de septiembre se mantendrán las actuales penalizaciones que hacen que los asalariados con mayores sueldos apenas noten una bajada de sus prestaciones en caso de que opten por jubilarse antes de cumplir su edad de retiro.

Esto es debido a que les afectan mínimamente los porcentajes de reducción que se aplican sobre la base reguladora, porque el importe resultante continúa siendo igual o superior a la pensión máxima. Lo que no ocurrirá tras la reforma de las pensiones.
 
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SORDO: "EL SISTEMA DE PENSIONES NO ES INSOSTENIBLE, ES UNA CUESTIÓN DE DÓNDE PONER LAS PRIORIDADES"

Risto Mejide (presentador del programa todo es mentira de la cuarta TEM) con Unai Sordo (Secretario General de CC.OO.)


 https://www.mitele.es/programas-tv/todo-es-mentira/2021/programa-621-40_1009036075015/player/

 @UnaiSordo

No hay ninguna propuesta sobre el factor de equidad intergeneracional encima de la mesa. Cualquier especulación sobre el respecto responderá a la idea de quien la hace. Y desde luego, estos mensajes presagian una negociación aún más compleja de la que se prevé.

minuto 45

Unai - Hemos puesto encima de la mesa un montón de medidas de futuros ingresos de la Seguridad Social precisamente para garantizar que esas jubilaciones más numerosas para los que se vayan a jubilar desde hoy al año 2048 cuenten con ingresos suficientes para tener un sistema público de pensiones suficientes y equiparable al que hoy en día estamos contribuyendo a financiar y ese es el acuerdo de ayer.

A partir de tres años y hasta el 2048 va a haber un 40% más de personas jubiladas, posiblemente van a vivir durante más años y además van a cobrar pensiones más altas porque las bases de cotización son más altas.

Es decir, va a haber un incremento en gasto en pensiones muy importante de aquí a mediados de siglo pero eso no quiere decir que el sistema sea insostenible.

Lo que quiere decir es que hay que ir previendo las futuras fuentes de financiación adicionales a las cotizaciones sociales para garantizar que hay pensiones suficientes en el futuro y esto no es una maldición bíblica que diga que haya que recortar las pensiones.

Es cuestión de decidir si en vez de cada 11 euros de cada cien de los que se producen en España que se dedica a pensiones, pasamos a pagar de aquí a 27 años aproximadamente 14 euros y medio de cada cien que se producen en España un 14 y pico por ciento de PIB y en opinión de CC.OO hay que apostar por ese incremento de gasto en pensiones porque es un elemento de protección social fundamental para nuestro país y porque tiene que garantizar los recursos de 14 millones de personas de aquí a 27 años.

Ese es el debate de fondo.

TEM - ¿De dónde van a salir esos 3 euros y medio extras?

Aproximadamente lo que hemos avanzado de momento supone la mitad, 2 puntos de PIB y hay otras medidas que desarrollar en futuras negociaciones.

Por ejemplo si se destopan las bases máximas de cotización a la seguridad social, y otras medidas que se pueden tomar, pero la cuestión de fondo.

Cuando se habla de la sostenibilidad del sistema de pensiones es que no está escrito en ningún sitio que las pensiones se tengan que financiar solo con las cotizaciones sociales.

El sistema contributivo quiere decir que las pensiones que una persona cobra tienen una relación directa con lo que cotiza a lo largo de x años de su vida laboral a través de las cotizaciones sociales. Recibes en proporción a lo que aportas pero no quiere decir que las pensiones solo se tengan que cotizar con las contribuciones a las cotizaciones sociales.

En este acuerdo hemos hecho que una parte de los gastos que hasta ahora corría a cuenta de la seguridad social se pasen a los presupuestos generales del estado.

TEM - Discúlpeme más impuestos...

Más impuestos o que el incremento de la productividad se puede dedicar a la atención a la dependencia o a hacer carreteras etc.

Es cuestión de elección de prioridades políticas y en mi opinión España tiene que dar un mensaje de certidumbre a las generaciones de los que estamos a punto de jubilarnos.

Son ya tres décadas de lluvia fina hablando de que el sistema de pensiones es insostenible.

TEM - Usted está hablando de un incremento del 30% del coste de las pensiones y un quince ya se van a repercutir con mayores impuestos.

Yo no he dicho que vamos a pagar más impuestos, yo he dicho que vamos a pasar de un 11 por ciento del PIB al 14 por ciento del PIB

España tiene un diferencial fiscal, o sea que se recauda menos que el resto de Europa,

TEM... eso es porque no se toma el esfuerzo fiscal

Si usted coge el PIB per cápita o sea el esfuerzo fiscal está incluso por encima de países como Alemania o el Norte de Europa.

El esfuerzo fiscal es de nuestra renta personal cuanto dedicamos a impuestos y estamos entre los cinco países con más esfuerzo fiscal del mundo

La recaudación con respecto al PIB es inferior, y es inferior porque hay menos contribuyentes, porque hay mucha economía sumergida y porque hay mucho paro y lo que ustedes están diciendo es que a los ciudadanos de Europa que más impuestos están pagando les van a subir los impuestos para pagar las pensiones y no se les ocurre es recortar el gasto que es lo que nunca quieren hacer.

Si estamos tan mal que no tenemos dinero para pagar las pensiones, cerremos las televisiones públicas, cerremos las universidades que no hacen falta, cerremos los ayuntamientos.

minuto 57 (hay que dejarlo)

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El ministro tenía que aprobar una reforma de las pensiones por razones coyunturales y estructurales.

La razón estructural es evidente: "la subida del nominal de las pensiones, el aumento del número de jubilados y el descenso de la población activa hace insostenibles el pago del las jubilaciones con el solo recurso a las cotizaciones de quienes trabajan".

Hoy por hoy, esas cotizaciones no son suficientes para desembolsar todos los meses las cantidades necesarias. De hecho, nos hemos comido el 'fondo de reserva de la Seguridad Social', que empezó en el año 2000 para poder pagar a los jubilados si habían recesión y paro. Fondo que llegó a tener más de 66.815 millones de euros en el año 2011 y ahora esta a cero.

Las cotizaciones tampoco serán suficientes en el futuro. Esa es la razón estructural para reformar el Pacto de Toledo que inició sus trabajos en 1995 y ha permanecido más o menos activo en función de las circunstancias político-electorales. Pero ahora está parado.

Las cotizaciones tampoco serán suficientes en el futuro. Esa es la razón estructural para reformar el Pacto de Toledo

La razón coyuntural para la actual reforma es: la exigencia de la UE para desembolsar las ayudas extraordinarias post Covid. Sin una reforma de las pensiones y una reforma laboral, Bruselas no estaba dispuesta a desembolsar los 140.000 millones de euros de la ayuda prevista  (NextGenerationEU). De manera que la vicepresidenta de Asuntos Económicos, la señora Nadia Calviño, había encargado al ministro Escrivá la redacción de un documento, acordado con sindicatos y patronal, que pudiera presentar ante los burócratas de Bruselas que ella bien conoce.

Aclarado por qué era necesario elaborar una papel-reforma del sistema de pensiones, la pregunta es: ¿el acuerdo soluciona ambos problemas?

En el problema coyuntural es posible que se haya conseguido algo. El papel lo aguanta todo y los burócratas de Bruselas se pueden conformar. En principio, puede sonarles bien endurecer las condiciones para jubilarse anticipadamente y establecer mecanismos de solidaridad inter-generacional, así como dificultar la jubilación forzosa. Con ello, se da la impresión de que se frena el aumento de las pensiones. Es alargar la edad laboral pero de manera coyuntural.

Si yo fuera un burócrata de Bruselas no me gustaría tanto que esa reforma proponga recuperar el aumento de las pensiones con el IPC; en particular en un periodo en que se espera que se recupere la inflación. Tampoco me sonaría bien eliminar el coeficiente de sostenibilidad en función de la esperanza de vida, que se propone sustituir por otro mecanismo "a diseñar".

Respecto al problema estructural, el de fondo, la solución es aumentar las cotizaciones y reducir el gasto. Algo que no depende sólo del Ministerio de la Seguridad Social. 

La mejor forma de aumentar los ingresos es crear puestos de trabajo. En ese sentido es suicida cambiar la Reforma Laboral de 2012, que ha demostrado ser capaz de aumentar los cotizantes con crecimientos inferiores al 2% del PIB. Pero eliminar esa reforma es un mantra de la parte radical del Gobierno y el presidente Sánchez no puede dejar de contentarlos. Ya veremos que dice Bruselas al respecto.

La otra parte de la ecuación, la reducción de los gastos por pensiones sólo se puede hacer de manera definitiva subiendo la edad de jubilación (¿69/70 años?) salvo para determinadas actividades. Pero eso ni lo han tocado en la llamada reforma de las pensiones.

No lo han tocado porque esta reforma no ha tenido por objetivo el resolver el problema de las pensiones, sino contentar a Bruselas. Algo que puede ser necesario para recibir los 140.000 millones de euros, pero que no ataca el problema de fondo.

En resumen, Escrivá ha hecho lo que le han pedido: un papel suficiente para ir a Bruselas. Esperemos que allí se lo crean. En caso contrario sería un desastre, porque este acuerdo no habría servido ni para la coyuntura, ni para el problema de fondo.

J. R. Pin es profesor del IESE.

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EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR
 
Había una vez un emperador al que le encantaban los trajes. Destinaba toda su fortuna a comprar y comprar trajes de todo tipo de telas y colores. Tanto que a veces llegaba a desatender a su reino, pero no lo podía evitar, le encantaba verse vestido con un traje nuevo y vistoso a todas horas. 
 
Un día llegaron al reino unos impostores que se hacían pasar por tejedores y se presentaron delante del emperador diciendo que eran capaces de tejer la tela más extraordinaria del mundo.

- ¿La tela más extraordinaria del mundo? ¿Y qué tiene esa tela de especial?

- Así es majestad. Es especial porque se vuelve invisible a ojos de los necios y de quienes no merecen su cargo.

- Interesante… ¡entonces hacedme un traje con esa tela, rápido! Os pagaré lo que me pidáis.

Así que los tejedores se pusieron manos a la obra.

Pasado un tiempo el emperador tenía curiosidad por saber cómo iba su traje pero tenía miedo de ir y no ser capaz de verlo, por lo que prefirió mandar a uno de sus ministros. Cuando el hombre llegó al telar se dio cuenta de que no había nada y que lo que los tejedores eran en realidad unos farsantes pero le dio tanto miedo decirlo y que todo el reino pensara que era estúpido o que no merecía su cargo, que permaneció callado y fingió ver la tela.

- ¡Qué tela más maravillosa! ¡Que colores! ¡Y qué bordados! Iré corriendo a contarle al emperador que su traje marcha estupendamente.

Los tejedores siguieron trabajando en el telar vacío y pidieron al emperador más oro para continuar. El emperador se lo dio sin reparos y al cabo de unos días mandó a otro de sus hombres a comprobar cómo iba el trabajo.

Cuando llegó le ocurrió como al primero, que no vio nada, pero pensó que si lo decía todo el mundo se reiría de él y el emperador lo destituiría de su cargo por no merecerlo así que elogió la tela.

- ¡Deslumbrante! ¡Un trabajo único!

Tras recibir las noticias de su segundo enviado el emperador no pudo esperar más y decidió ir con su séquito a comprobar el trabajo de los tejedores. Pero al llegar se dio cuenta de que no veía nada por ningún lado y antes de que alguien se diera cuenta de que no lo veía se apresuró a decir:

- ¡Magnífico! ¡Soberbio! ¡Digno de un emperador como yo!

Su séquito comenzó a aplaudir y comentar lo extraordinario de la tela. Tanto, que aconsejaron al emperador que estrenara un traje con aquella tela en el próximo desfile. El emperador estuvo de acuerdo y pasados unos días tuvo ante sí a los tejedores con el supuesto traje en sus manos.

Comenzaron a vestirlo y como si se tratara de un traje de verdad iban poniéndole cada una de las partes que lo componían.

- Aquí tiene las calzas, tenga cuidado con la casaca, permítame que le ayude con el manto…

El emperador se miraba ante el espejo y fingía contemplar cada una de las partes de su traje, pero en realidad, seguía sin ver nada.

Cuando estuvo vestido salió a la calle y comenzó el desfile y todo el mundo lo contemplaba aclamando la grandiosidad de su traje.

- ¡Qué traje tan magnífico!

- ¡Qué bordados tan exquisitos!

Hasta que en medio de los elogios se oyó a un niño que dijo:

- ¡Pero si está desnudo!

Y todo el pueblo comenzó a gritar lo mismo pero aunque el emperador estaba seguro de que tenían razón, continuó su desfile orgulloso.  
 
*** 
 
There once was an Emperor who loved nothing better than wearing fancy new clothes.  Three times a day he would change into a brand new royal outfit.  
 
Many Emperors spend their days talking to advisers and fixing problems of the land.  Not this one!  He was too busy sending out his servants to find the next great outfit to wear.

One day two strangers came to town.  They said they were weavers.  They said the cloth they wove was the finest anyone would ever see.  But in fact, they were not weavers – they were crooks.

These fake weavers said their cloth was more beautiful than any other cloth BUT it could not be seen by just anyone.  Only people who were smart and the most excellent could actually see the magic cloth.  People who were not smart and not excellent – well, they would see nothing at all.

Soon, word reached the Emperor about these two weavers and their fine cloth.  He thought, “I am the most smart and the most excellent Emperor!  Anyone can tell by how grand I always look! I do not need to worry about that silly magic.”

So the Emperor went to see the two weavers.  These clever crooks ran about their shop, pointing at empty corners and tables.  They said with pride, “Look at these piles of fine cloth!  Surely you have never seen colors as bright as these, patterns as beautiful!”  The Emperor could not understand – he did not see any cloth, anywhere!

The Emperor thought, “I cannot let anyone know that I cannot see this magic cloth!  Who knows what they may think of me!”  So instead he said, “Indeed!  This is the most beautiful cloth anyone has ever seen!”

The Emperor could see no cloth, anywhere!

As it turns out, the Emperor’s grand annual Parade was coming up soon.  This was a special day when everyone in the kingdom lined up to admire the Emperor and cheer him as he walked by.  This year the Emperor wanted an outfit more fine than ever before.  It must be made from the weaver’s wonderful cloth!

Yet there was very little time.  Could they weave the cloth in time for the Parade?  The two fake weavers frowned, as if they could not be sure.  Then they smiled and said yes, they could make him the finest royal outfit and cape ever.  But it would cost many extra gold coins for the work to be ready in time.

The Emperor paid it all.   The two crooks put the gold right into their chest.  But they did not buy yarn.  All they bought were a few candles to burn in the windows at night.  That way everyone would say, “Look!  Those new weavers are working all night long to get the Emperor’s new clothes ready in time for the Parade.”

The two crooks put the gold right in their chest.

On the morning of the Parade, the Emperor came to the weaver’s shop.  He felt sure that this time he would be able to see the magic cloth.  But still, the Emperor saw nothing!

When it was time for the Emperor to get undressed, the clever crooks said, “These clothes are so light and airy it will feel as if you have nothing on at all.”  And indeed, that is how it seemed to the Emperor!
Emperor's New Clothes

For when he looked in the mirror, he saw in the reflection that he was wearing nothing.  But he thought, really, he must be wearing a very grand outfit.  One worth all the extra money he had spent.

At the Parade, the Emperor walked tall and proud.  Each person who saw him go by thought, “I cannot believe what I am seeing! The Emperor is wearing no clothes!”  But each person said nothing.  They knew that only people who were smart and excellent could see the magic clothes.  So instead they cheered, “There goes the Emperor!  Doesn’t he look fine!”

All of a sudden, one little boy called out, “Look!  The Emperor has no clothes!”  Everyone gasped.  Then another child called out, “Look at him!  He has nothing on at all!”

Then someone laughed.  And someone else.  Then more and more people started to laugh.   Someone said aloud, “Would you look at that?  Our Emperor has no clothes!”  Soon, everyone was calling out and laughing.

“Oh dear!” thought the Emperor.  “Now everyone knows I could not see the cloth!  They will know I didn’t speak up because I was afraid of what people would think of me. What will they think of me now?”

But the Parade must go on.  And so the Emperor continued to walk.  And the servants behind him continued to hold high the train that wasn’t there. 
 

miércoles, 30 de junio de 2021

Fuerteventura - The Legend of Winter

En el retrovisor, la villa Winter - In the rearview mirror, Villa Winter  


 The Legend of Winter on Fuerteventura

The legend of the mysterious German Gustav Winter, who owned the entire peninsula of Jandía and was allegedly a close confidante of Göring, has been around for 80 years. 

Over the last decades, numerous journalists, historians, and hobby researchers have attempted to uncover the truth behind the rumors of Nazis, submarines, secret bunkers, and stolen gold on Fuerteventura – to no avail. This year the tide will turn, and the secret will be revealed!

La leyenda de Winter en Fuerteventura

Hace ya más de 80 años que existe la leyenda sobre el misterioso alemán Gustav Winter, a quien pertenecía toda la Península de Jandía y que supuestamente era un íntimo hombre de confianza de Göring. 

En las últimas décadas, un número incontable de periodistas, historiadores e investigadores aficionados han intentado averiguar, sin éxito hasta la fecha, la verdad acerca de todos estos rumores que giran alrededor de los nazis, submarinos, búnkeres secretos y oro robado en la Isla de Fuerteventura.
Este año será el punto de inflexión, el secreto se desvelará.

 
According to legend, he first arrived on the Canaries in the 1920’s: Gustav Winter, an engineer from the Black Forest, born in 1893. In Las Palmas on Gran Canaria, he built the power plant CICER. 

After that, he appeared in Fuerteventura. It is said that he arrived with a suitcase filled with cash – from Göring’s war chest – to purchase land in civil war-torn Spain and construct a military base for the Third Reich, which was actively preparing for war at the time.

Se dice que llegó a Canarias por primera vez allá por los años 20 del siglo pasado: Gustav Winter, ingeniero originario de la Selva Negra alemana, nacido en 1893. Construyó la central eléctrica CÍCER en Las Palmas de Gran Canaria. 

Después apareció en la Isla de Fuerteventura, adonde al parecer debía de haber llegado acompañado por un maletín lleno de dinero – procedente de las arcas de guerra de Göring – para comprar terrenos en la España sacudida por la Guerra Civil, con el fin de instalar ahí una base militar para el Tercer Reich, que se encontraba en la plena fase de preparativos bélicos.

Dictator Francisco Franco – who was deeply indebted to Hitler, as he had helped him win the civil war with the Condor Legion – observed this development without lifting a finger, even encouraging the German efforts. 

In no time, Winter took possession of the peninsula of Jandía in southern Fuerteventura. There was talk of strange events: Fences were put up to isolate the peninsula from the rest of the island. 

Ante ello, el Dictador Francisco Franco no solo no se inmutó – arrastraba una deuda considerable con Hitler, que le había ayudado a ganar la Guerra Civil enviando la Legión Cóndor -, sino incluso facilitó apoyo a los esfuerzos alemanes. 

Sin perder el tiempo, Winter se apoderó de la Península de Jandía, situada en el sur de Fuerteventura.
Al parecer, después debió de ocurrir algo extraño: se levantaron unas vallas para aislar el territorio de la Península del resto de la isla. 

The local residents, the medianeros, were exiled and only allowed to step foot on the area to work in road and harbor construction; they had to leave Jandía by nightfall. It was said that the Germans were in charge there now, stories spread of soldiers, warships, submarines, and gun emplacements. 

In the northern part of the peninsula, in a godforsaken and inhospitable area next to the shepherd and farming village of Cofete, construction began on an enormous estate that bore more resemblance to a fort than a residential building. The house, which everyone would later merely refer to as “Villa Winter”, is said to have been built on an extended, volcanic cave system, providing a connection to the sea. 

Allegedly, regular blasting took place in the subterranean caves and jetties were built for German submarines. Names such as Canaris, Himmler, and Dönitz were frequently mentioned.

La población autóctona, los llamados medianeros, fueron expulsados autorizados a pisar la zona únicamente para trabajar en la construcción de carreteras y puertos; al anochecer estaban obligados a abandonar Jandía. Se decía que ahora mandarían ahí los alemanes, se hablaba de soldados, buques de guerra, submarinos y baterías de costa. 

En el norte de la Península de Jandía, una zona inhóspita y dejada de la mano de Dios, se comenzó la construcción de una casa enorme, que parecía más una fortaleza que un chalet, al lado del poblado de pastores y agricultores llamado Cofete. La casa, a la que todo el mundo le llamaría más tarde “Villa Winter “, habría sido construida sobre un amplio sistema de cuevas volcánicas que comunicaba con el mar. 

Con mucho empeño fueron realizadas unas voladuras en las cuevas subterráneas de grandes dimensiones y construidos los atracaderos para los submarinos alemanes. Una y otra vez se mencionaban apellidos como Canaris, Himmler y Dönitz.

Apparently, these secret subterranean bunkers offered space to supply and maintain German submarines during World War II, out of sight of the Royal Air Force’s reconnaissance planes. From there, they allegedly set off to affront the Allies in the Atlantic. 

Thanks to the strict secrecy and the abundant gold reserves that the base was said to possess, its operations continued long after the war. According to legend, war criminals such as Mengele, Bormann, Eichmann, and even Hitler himself are said to have undergone cosmetic surgery to continue their escape to South America without being recognized. Planes and submarines escorted them to Argentina and Antarctica, where the Third Reich also maintained an operational base in fabled New Swabia.

Ahí, en el interior de esos búnkeres subterráneos secretos, habría ocurrido el repostaje y el mantenimiento de los submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, lo que los hacía invisibles para los aviones de reconocimiento de la Royal Air Force, con el fin de hacer frente desde ahí a los aliados en el atlántico. Junto a Punta Faro, en el extremo sur, surgieron dos campos de aviación para las Fuerzas Aéreas Alemanas, la Luftwaffe. 

Gracias a la máxima discreción y las abundantes reservas de oro, de las que al parecer debía de disponer la base militar, después del final de la guerra esta base continuó funcionando por mucho tiempo. Criminales de guerra como Mengele, Bormann, Eichmann e incluso el propio Hitler habrían sido sometidos a operaciones de cirugía estética en las instalaciones médicas de la Villa Winter pudiendo continuar su huida a Sudamérica sin ser reconocidos. Mediante aviones y submarinos fueron trasladados a Argentina y la Antártida, donde el Tercer Reich mantenía otra base en funcionamiento en la legendaria Nueva Suabia, Neuschwabenland.

Later, after the last Nazis had been smuggled through, the villa’s operations ceased and, on Franco’s orders, paramilitary units were sent to protect the entire grounds from nosy visitors. 

After all subterranean passages, bunkers, and facilities had been blown up and thereby all tracks covered, the Winter family sold the entire area to wealthy investors from around the world. First hotels emerged, such as the Casa Atlántica and the Jandía Playa. The area surrounding Cofete was sold to a large company from Gran Canaria, who aimed to develop the region for tourism.

Más tarde, cuando ya habían hecho pasar a los últimos nazis por aquel lugar, cesaron las actividades en la Villa y la base fue abandonada, quedando protegida de la visita de curiosos por unidades paramilitares, tal y como lo había ordenado Franco. 

Una vez que todos los pasadizos subterráneos, búnkeres e instalaciones habían sido volados, borrando de ese modo todas las huellas, la familia Winter vendió toda la finca a inversores de gran solvencia procedentes de todas las partes del mundo. Surgirían los primeros hoteles como la Casa Atlántica y Jandía Playa. Un gran grupo empresarial del sector turístico de Gran Canaria se hizo con la zona de Cofete y pretendía abrirla al turismo.

So much for the legend. But what is true and what isn’t? Did they exist on Fuerteventura, the Nazis and the submarines? The secret bunkers and tunnels? In 2015, the Austrian-German author and journalist Alexander Peer embarked on a mission to uncover the secret and spent two years researching the events. 

He visited archives in Germany, Austria, Spain, Great Britain, France, Switzerland, and the USA, conducted interviews with renowned historians, authors, history professors, journalists, and contemporary witnesses all around the world. His research trips involved dozens of flights, thousands of highway kilometers, and hundreds of working hours. 

Extensive investigations of previously undiscovered sources brought never before seen files and documents to light that delivered surprising findings. He combed through city, state, and university archives as well as local authorities in all of Germany and Spain, searching for data that would verify astonishing links. Finally, the persistent author succeeded in gaining insight into confidential files. 

All of the acquired findings provide pieces of the puzzle, which Peer is compiling into a complete picture of this surprising event in his book.

Hasta aquí, la leyenda. Y ahora, ¿qué hay de verdad y qué no? ¿Hubo en Fuerteventura nazis y submarinos?, ¿búnkeres y túneles secretos? El autor y publicista austro-alemán Alexander Peer se hizo cargo de esta historia en el año 2015 y emprendió una investigación de dos años para desvelar el secreto. 

Consultó archivos en Alemania, Austria, España, Gran Bretaña, Francia, Suiza y Estados Unidos, se entrevistó con historiadores de renombre, profesores universitarios, autores, periodistas y testigos presenciales en todo el mundo. Muchos vuelos, miles de kilómetros en autovía y cientos de horas de trabajo se invirtieron en viajes de investigación. 

Pesquisas extensas en fuentes hasta la fecha inexploradas desenterraron documentación y documentos nunca revisados antes, que aportan conclusiones sorprendentes. Tanto en archivos municipales, estatales y universitarios como en registros civiles de municipios y ayuntamientos fueron escudriñados datos, unos datos que ahora permiten demostrar vínculos asombrosos. Finalmente, el autor consiguió también, gracias a su tenacidad, el permiso para poder examinar documentación hasta ahora inaccesible. 

Todas las conclusiones obtenidas aportan las piezas de un rompecabezas, con las que Peer compone en este libro una visión completa de estos acontecimientos sorprendentes. 

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Pedro, el guardián de los secretos de Winter, la "casa de los horrores nazi" de Fuerteventura

Fumero, actual inquilino de la mansión, sostiene que la casa, sita en Cofete, sirvió como base para los nazis que huyeron a América del Sur.

Es sabido que la Historia acostumbra a tener dos caras bien diferenciadas; una, y la contraria. Eso mismo sucede con la protagonista del relato que nos acontece, un rompecabezas plagado de misterios, espías nazis, submarinos nucleares ocultos en cavernas volcánicas, hornos de incineración, mesas de cirugía y muchas, muchas leyendas. Se trata de la Casa Winter, una fabulosa, gigantesca, extraña e incluso terrorífica morada de estilo alemán ubicada en el lugar más inhóspito de Fuerteventura.

Para llegar a esta tétrica edificación solitaria hay que atravesar la montañosa y marciana Dehesa de Jandía, uno de los lugares más secos y bellos de la geografía española. Algo menos de 20 kilómetros en coche por un camino de ripio zigzagueante separan la localidad de Morro Jable del poblado de Cofete. Son 40 minutos de conducción entre cactus, abruptos barrancos y la brava horizontalidad índiga del océano Atlántico.

Tras la última curva aparece un antiguo cementerio abandonado con cruces sin nombre, una desértica cantina llama Restaurante Cofete y cuatro casas de aglomerado. Salpican de humanidad una brutal playa yerma de siete kilómetros de largo por uno de ancho. Bajo etéreas cimas de casi 800 metros de altura con forma de anfiteatro, a unos 500 metros al oeste de Cofete, aparece una incomprensible y gigantesca mansión de estilo alemán con una especie de torre de vigilancia. ¿Será un desértico faro de la Baviera del Sur?

Junto a la puerta de la Casa Winter se puede observar a un grupo de personas comandadas por un personaje moreno, de pelo rizado. En un cartel atado a un antiguo Jeep descapotable se lee: “Casa Winter. Bienvenidos al museo de la familia Matos”. El personaje en cuestión es Pedro Fumero, el actual inquilino de la destartalada pero maravillosa mansión. Hasta 2012 vivía en Tenerife y manejaba un taxi arrendado.

Desde que regresó a Cofete se dedica a contar su historia a los turistas que deambulan a la entrada de la casa: “Hace unos años mi madre me llamó un día muy nerviosa porque su hermano estaba muy mal y no sabía lo que tenía. Vine a Fuerteventura y me encontré a mi tío Pepe con un cáncer terminal. Desde entonces vivo aquí. Mucha gente del pueblo ha contraído cáncer debido al agua contaminada con residuos nucleares de los submarinos”. ¿Submarinos nucleares?, ¿eh?

La familia de Fumero lleva décadas ligada a la villa. En la Casa Winter trabajó primero su abuelo Rafael Matos, luego sus tíos Pepe, Agustín y Rosa Matos Viera. Todos faenaban para el ingeniero alemán Gustav Winter, que a finales de 1921 había abandonado su Selva Negra natal para terminar la carrera de Ingeniería Industrial en Madrid. Huía de la Primera Guerra Mundial. A Gustav la vida en España le fue bien, era un hombre trabajador. Comenzó a desarrollar proyectos de electrificación en Tomelloso, Murcia, Zaragoza, Madrid y Valencia, hasta que en 1924 desembarcó en las Islas Canarias.

En la capital grancanaria el alemán oyó hablar de Fuerteventura, visitó la isla y se enamoró. Allí, al pie del Pico de la Zarza, el más alto, en la playa virgen de Cofete, este ingeniero visionario decidió construir una vivienda para su familia. Tenía en mente crear varias industrias, principalmente la explotación del rico banco de peces sahariano, fabricar y exportar conservas de atún, construir unas salinas, extraer minerales ferro-titánicos de los cerros circundantes, fabricar cemento, plantar tomates gracias al agua subterránea, criar cabras, ovejas y la repoblación forestal, entre otros proyectos.
 


Una visita turística en el interior de la casa. JB

Intentó comprar la península de Jandía, pero no pudo porque la ley española no permitía adquirir grandes terrenos a extranjeros, así que en 1936 firmó un contrato de alquiler con los herederos del Conde de Santa Coloma y Cifuentes (Barcelona), marqueses de Lanzarote, propietarios del terreno donde quería desarrollar sus copiosas ideas comerciales.

Entonces estalló la Segunda Guerra Mundial y los proyectos del visionario ingeniero se quedaron en agua de borrajas. Sin embargo, el éxito le llegó de la mano del turismo. Tomando como ejemplo el sur de Gran Canaria, Winter inició una campaña publicitaria en Alemania para mostrar las virtudes de esta alejada y exótica costa europea situada en África. Estableció su base logística en Morro Jable, la localidad más grande y cercana a la playa de Cofete, y buscó inversores para la construcción de hoteles. Cuando las cosas empezaron a marchar sobre ruedas donó terrenos para construir un ambulatorio, un parque infantil, una central telefónica, un centro cultural y viviendas para los más necesitados.

Gustav Winter murió en Gran Canaria en 1971. Nunca habitó Villa Winter oficialmente. Hoy, el ingeniero alemán es un personaje novelesco que forma parte del imaginario colectivo canario. Su vida y su casa arrastran verdades para unos, mentiras para otros, nidos de nazis para los más intrépidos, tranquilas villas agrícolas para los más conservadores.
El 'ocupa' Pedro Fumero

Para Pedro Fumero, guía oficial de la casa donde vive, “llevamos mucho tiempo haciendo una investigación seria para que el mundo entero se entere de esto. Para mí, el señor Winter era un agente alemán destinado en las Canarias encargado de los puestos de observación, equipado con telefonía sin hilos y encargado del abastecimiento de los submarinos alemanes”.

El actual morador de la Casa Winter cuenta su historia a todo aquel que se atreve a llegar a una de las esquinas más alejadas del Reino de España. A cambio, vive de la voluntad. Mientras enseña el surrealista edificio, que ha decorado a modo de museo con los cachivaches nazis más variopintos que ha ido recopilando con el transcurso de los vientos alisios, explica sus conclusiones: “Esto era un nido de nazis. Esta casa tiene un aeropuerto secreto en la playa de Cofete que se puede ver gracias a Google Maps. Tiene dos prisiones de tortura, cuatro prisiones normales, tiene un laboratorio, hornos crematorios, mesas de autopsia, baterías de submarinos, productos de laboratorio…”.

Se atreve a hilar aún más fino: “Estoy más que seguro que el 90% de los oficiales que salieron de las Canarias hacia Sudamérica partieron de Casa Winter. Lo sé por la documentación que voy manejando… llegaron a Barcelona, allí se dispersaron. Aquí en Fuerteventura había un nido de ratas de oficiales alemanes. Von Marx, Alberto Lehanbacher, Winter… Si tiras de la manta aquí hay media isla involucrada”.

Fumero está cansado de denunciar el tema y que los medios de comunicación españoles no le tomen en serio: “Llamamos a Cuarto Milenio, nos dijeron que habían estado aquí grabando antes de estar yo. Y por lo visto fueron demandados por la familia Winter”. Años antes, en 1983, Interviú sacó el primer reportaje sobre la casa y la familia Winter también emprendió acciones legales contra el autor del reportaje y contra la revista, demostrando que en Alemania no había constancia de que Winter fuera nazi. A principios de 2020, la villa volvió a hacerse viral debido a que varios medios de comunicación españoles se hicieron eco del documental de Discovery Max Villa Winter, que formaba parte de una serie sobre Bases secretas nazis. “Han tenido que venir la BBC, la televisión rusa, la televisión checa, la Toronto Canadá para sacar esto a la luz”, argumenta.

Fumero prosigue con la visita. Está emocionado y, aunque no está permitido bajar al sótano por peligro de derrumbe, enseña a sus acompañantes la parte más morbosa y escalofriante de la casa. Pequeños y grandes descienden por unas estrechas escaleras. Un escalofriante viento helado recorre los siniestros pasillos recubiertos de baldosas blancas. Dan ganas de echar a correr.
La familia de Pedro Fumero.

“Mi abuelo Rafael era una persona muy inteligente, pero también supo ver, oír y mantener la boca cerrada. Él nunca se atrevió a decir nada a la gente del pueblo, y menos a estos políticos que se las saben todas, pero nuestro abuelo nos contaba historias. Y hablaba que lo que decía la gente que era una cocina, en verdad era un laboratorio. Él sabía que era como un lugar de descanso y repostaje, los alemanes se cambiaban la cara y escapaban a Latinoamérica. Bueno, yo me lo he tomado muy en serio, me he ido a Alemania, a Mauthausen, estuve analizando búnkeres y ninguno tenía la cocina en el sótano. Esto que veis son mesas de autopsia”.

No se oye ni una mosca. La humedad del sótano parece corroer el cerebro. Fumero prosigue: “Los hornos que hay aquí alcanzar los 700 grados, para una cocina, con 300 grados es más que suficiente… Por cierto, tanto las mesas de autopsia como los hornos crematorios de Auschwitz son idénticos a las de la Casa de Los Winter. Y los ladrillos del horno tienen el emblema de los submarinos nazis y en ellos se lee Suarritz, una sociedad de productos cerámicos del País Vasco con la que se hacían hornos crematorios”.

El extaxista continúa su relato. Los turistas están al borde del colapso. Una energía extraña paraliza el ambiente, Fumero está convencido de que debajo de la casa aún hay dos submarinos nazis enterrados: “La Universidad de Gran Canaria dice que aquí no hay profundidad para abastecer a los submarinos, pero nosotros hemos hecho un estudio con georradar y os aseguro que están enterrados en cuevas volcánicas. En 1974 tres periodistas, dos españoles y un austriaco, encontraron unos bloques de hormigón y la cueva con los dos submarinos. Cuando iban a regresar a puerto el barco en el que viajaban explotó. Murieron los dos periodistas españoles. El tercero, el austriaco, perdió un ojo”.

En medio de un silencio sepulcral el inquilino de la casa habla de sucesos paranormales. Acompañado de médiums, Fumero asegura que ha visto al que parecía ser su abuelo muerto, la cabeza de un terrorífico niño flotante y ha escuchado voces de personas sufriendo. Una vez, uno de sus perros salió huyendo acongojado de una de las salas subterráneas con forma de prisión.

Es hora de volver a ver la luz del día, ni los turistas ni el propio Fumero aguantan tanta energía paranormal. Los visitantes se dispersan, abonan la voluntad y el improvisado guía se sincera aún más: “En los años ochenta cambiaron todo para que pareciera una casa normal. Estamos esperando que la familia Winter nos meta una demanda porque decimos que su padre era un nazi. Si yo molesto por decir que su padre es un criminal de Guerra y que con el cobijo de Franco hizo lo que le dio la gana yo pienso que lo más fácil es ir a juicio. Tú me demandas, vamos a juicio, ellos que jueguen sus cartas y yo jugaré las mías. Nosotros llevamos en esta casa 55 años y mi familia tiene aquí lo que se llama usucapión, que significa el poder y el dominio de la propiedad, aquí estoy esperando el Juicio”.

Tras la confesión el majorero concluye su tesis: “Si esto sale a la luz y aquí hay dos submarinos, ya no se puede urbanizar. Si en esta casa, por lo que sea, aparecen restos humanos, aquí no se puede urbanizar. Si se reconoce que esta casa era históricamente de los nazis se convertiría en un santuario para el turismo neonazi, algo que no le interesa a la isla. Habría que reescribir la Historia”.
Aún hoy existen numerosos pasillos y pasadizos tapiados o sin investigar.

Aún hoy existen numerosos pasillos y pasadizos tapiados o sin investigar. JB

Finalmente, añade: “Esta casa está estratégicamente construida sobre unas cuevas naturales. De aquí te vas a Sudamérica, no hay control, no hay fronteras, es el sitio perfecto para levantar una base nazi. Y además los alemanes en esa época se identificaban con la raza are, procedente de Canarias. Ellos creían que su raza aria procedía de la isla de Fuerteventura porque los majos de Fuerteventura no eran pequeños, eran hombres altos, rubios, de ojos verdes o azules, era el refugio perfecto para los nazis”.

A pocos metros de la Casa Winter, Saro, dueña del restaurante Cofete, pone cara de póker. Cree que todo lo que dice Pedro es una exageración para quedarse con la casa y dar un pelotazo: “Es verdad que esta villa siempre ha sido muy extraña, mi familia ya me contaba que aquí pasaba algo raro. Pero por lo que tengo entendido iba a ser un hospital para los nazis aunque nunca hizo falta algo así”. Ella en verdad quiere que abran un hotel, le iría mejor, aunque sabe que en principio eso es imposible porque la península de Jandía está declarada Reserva de la Biosfera, Zona Especial de Protección para las Aves y Parque Natural.
La otra cara: Gustavo Winter hijo

La propia familia Winter ha desmentido a lo largo de las últimas décadas distintas informaciones aparecidas sobre el supuesto pasado colaboracionista nazi de su antepasado, demandando a todo aquel que han considerado oportuno. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el hijo de Gustav Winter, Gustavo, para confirmar el relato de Pedro Fumero. El resultado ha sido una Historia radicalmente opuesta. La otra cara.

“Ningún miembro de la familia Matos vivió en esa casa antes de 1976. Desde su inacabada construcción (1950) la casa estuvo muchos años sin habitar. Nuestra familia jamás vivió ahí… Tratándose de un lugar tan aislado, con cierta frecuencia algunas personas entraban en la casa, pernoctaban y causaban daños. Por ello, el 1/10/1976, cinco años después del fallecimiento de mi padre, mi madre Isabel Althaus firmó un convenio con D. Rafael Matos Viera, tío de D. Pedro Fumero, y se instalaron en una parte de la casa…. Unos meses después del fallecimiento de Pepe (2012), Dª María Matos Viera regresa a Tenerife, quedándose Pedro en la casa con sus tíos Agustín y Rosa, probablemente atraído por el filón económico que suponía las numerosas visitas a la casa”, explica.
Baterías de la época nazi usadas para almacenar la electricidad en Casa Winter.

Baterías de la época nazi usadas para almacenar la electricidad en Casa Winter. JB

Para Gustavo “la teoría de Fumero es falsa (por no decir otros calificativos). El primer y fundamental dato que la desmonta es que esa casa se comenzó a construir el uno de octubre de 1946, con la llegada a Cofete del maestro D. Juan Concepción Villalba… Por otra parte, una simple inspección del lugar permite ver lo absurdo de esa teoría. ¿A principios de los 40 tal obra de ingeniería? No es posible construir varios kilómetros de túnel y penetrar cientos de metros bajo el mar dadas las características arenoso y fuerte oleaje en esa costa de Barlovento”.

Según Winter “no fue hasta 1948 que mis padres lograron el permiso de residencia en España y se trasladaron a Canarias. Cuando mi madre conoció por primera vez la casa en construcción (en una primera visita a Fuerteventura en agosto de 1947 para ver los trabajos) ya le dijo a mi padre que no contara con ella para vivir ahí. Mi padre siguió adelante con su proyecto, pero la casa realmente nunca se acabó”. Gustav estaba enamorado de Cofete. “Y creo que pensó construir algo grande, vivir ahí con su familia, estancias para el servicio en la parte baja y tener almacenes para el grano. La casa de Cofete creo que respondía a una idea romántica, pero su sueño no se cumplió, y económicamente fue una catástrofe”.

“En 1996, mi hermano Juan Miguel, administrador de Estación de Servicio de Morro Jable S. L. vendió la casa a Dehesa de Jandía S.A., que forma parte del grupo Lopesan. Los nuevos propietarios supongo que respetaron en su momento la presencia de la familia Matos, ahí desde 1976. ¿Que si pienso hacer algo? Desde hace 25 años el chalet no pertenece a la familia y, por tanto, no nos incumbe la presencia o no de D. Pedro Fumero en esa propiedad”, añade.

Gustavo piensa que es más sencillo repetir y ampliar una leyenda, morbosa, que interesarse realmente por conocer la verdad. “Me pregunto: mi padre falleció en 1971, ¿por qué en estos cincuenta años, en ninguno de los reportajes y artículos se hace referencia al testimonio de personas que vivían en los años 30 y 40 en Cofete, que vieron llegar a Gustavo Winter por primera vez a Jandía, que vieron levantarse esa casa, o participaron en su construcción? Hasta donde sé, en ningún reportaje se hace referencia a ello. Es posible que alguno se molestara en investigar, pero tal vez esos testimonios desbarataban una “buena historia” y los obviaron”.

Y también tiene palabras para Pedro Fumero: “En cambio, el señor Fumero, a través de inventar y difundir una serie de mentiras y truculencias a quienes visitan la casa y a través de las redes sociales, ha alcanzado una notoriedad (y una fuente de ingresos) inimaginable para él antes, y se dedica en cuerpo y alma a esa actividad que parece darle sentido a su vida”. Gustavo Winter hijo concluye la exposición de su Historia con un dicho: “Es sabido que un árbol que cae hace más ruido que un bosque brotando.”

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FUERTEVENTURA

Desde lo alto llaman la atención los oscuros agujeros diseminados sobre la superficie terrosa de una isla yerma, de apenas 1.660 kilómetros cuadrados y 110.000 habitantes.

Lo primero que sorprende del pueblo majorero es su devoción por Miguel de Unamuno, pues apenas estuvo cuatro meses en la isla.

El escritor llegó a Puerto de Cabras (hoy Puerto del Rosario) el 12 de marzo de 1924, víctima del destierro decretado por el general Primo de Rivera. 

Unamuno cayó entre aquella gente, parece, como un regalo del cielo; desde el primer día le agasajaron, y él, a cambio, les dio su sapiencia difundiendo la vida y costumbres locales en poemas y artículos 


25 cosas que ver y hacer en Fuerteventura en una semana

Lo más destacable de la isla son sus playas, catalogadas no solo como de las mejores de España, sino incluso del mundo, una fama mundial agigantada por ser además unas de las mecas del surf.

Pero en Fuerteventura también hay pueblos encantadores, increíbles miradores de montaña y una gastronomía que hará que te enamores de la isla.

Si buscas desconexión, bueno rollo y paisajes increíbles, éste es tu lugar.

25 cosas que hay que ver y hacer 

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1. Pasear por el pueblo de Corralejo
2. Disfrutar de las Grandes Playas de Corralejo
3. Posturear en las infinitas Dunas de Corralejo
4. Subir hasta la cima del volcán Calderón Hondo
5. Relajarte en el pueblo de Majanicho
6. Divertirse en la curiosa Popcorn Beach

7. Encontrar un buen alojamiento
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8. Visitar algunos de sus faros
9. Darte un tranquilo baño en la Playa de La Concha
10. Darte un homenaje en el restaurante Vaca Azul
11. Contemplar el atardecer desde El Cotillo
12. Aprender a practicar surf
13. Rendir tributo a la montaña sagrada de Tindaya
14. Ir en busca de los pintorescos molinos de viento
15. Enamorarse de Betancuria
16. Contemplar las montañas desde el Mirador Astronómico Sicasumbre

17. Disfrutar de su gastronomía
Tan importante es este queso para la isla que incluso hay un Museo del Queso Majorero.

18. Y por supuesto de su cerveza
Dorada y Tropical son las dos cervezas más famosas de las Islas Canarias.

19. Conocer su fauna más característica
Fuerteventura es una isla casi desértica y por lo tanto su fauna no es muy extensa, destacando los insectos y las aves marinas.
La cabra majorera es el más conocido, pilar básico de la industria ganadera de la isla y el símbolo más característico de la isla.
De hecho, en Fuerteventura hay más cabras que habitantes.
El siguiente animal más famoso entre los turistas son las graciosas ardillitas que suelen rondan por los miradores o en cualquier punto del interior de la isla.

Por último, no nos podemos olvidar de los cuervos.

20. Hacer una excursión a la Isla de Lobos
La Isla de Lobos es una pequeña isla de poco más de 4 kilómetros cuadrados ubicada a tan solo 2 kilómetros del norte de Fuerteventura.

21. Maravillarte con la carretera FV-30 y sus impresionantes miradores
La carretera FV-30, que da acceso a Betancuria y termina en Pájara, es sin lugar a dudas la más espectacular de toda la isla.

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Fuerteventura, misterios y dulces en la isla majorera

De la leyenda de un refugio para oficiales nazis en Cofete a una degustación de delicias locales en diversos pueblos, una visita estimulante a la isla canaria

https://lagavetavoladora.com/lo-mejor-de-fuerteventura-viaje-playa/

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