Se nos va Juan Carlos I el Comisionista.
Y decían que las elecciones europeas no servían de mucho. Pues si hubieran servido de algo ya se habría producido una revolución.
Se conocieron los resultados en la noche del 25 de Mayo, y a él que había prometido morir con la corona puesta, se acollonó, como su abuelo Alfonso XIII, que tras saber que los partidos republicanos habían ganado en Madrid, y poco más, las elecciones municipales de 1931, hizo las maletas y salió por Cartagena.
Aquella noche no durmió.
¡Vaya reinado de 39 años el de este bribón! Ni él, ni los varios gobiernos que le han reído las gracias, han sido capaces de hacer una ley de sucesión, ni tampoco de suprimir el derecho del varón sobre la mujer.
Se le cayeron los palos del sombrajo al ver la perdida de diputados que experimentaban PP, PSOE y algún grupo nacionalista comprado a costa de los impuestos a los españoles, y el ascenso de formaciones de extrema izquierda-antisistema-anticapitalistas-anticorrupción-antidesahucios, etc.
Y por si faltaba poco a Rubalcaba se lo llevó la riada.
Y se dijo, ¿y ahora qué hago yo?:
a) “Si vamos a una ley para desarrollar el artículo 57 de la Constitución, se necesitan por lo menos dos años, con elecciones municipales y generales de por medio. ¿Aprobarían las nuevas Cortes dicha Ley, o con el auge de las opciones republicanas se me acabaría el chollo?”
b) “De momento PP y el ruinoso PSOE controlado por Rubalcaba por ahora, tienen mayoría, y pueden aprobar en unos días una ley para nombrar a mi hijo sucesor y yo salgo de naja”.
Y con el canguelo en el cuerpo, le escribieron unas líneas y las firmó.
A “Tancredo” Rajoy le cogió con el paso cambiado, el Príncipe Felipe y la Reina estaban fuera.
La chapuza de la abdicación quedará en los libros de historia.
Y entonces comenzó la operación de lavado de imagen:
- El campechano rey lo llevaba preparando desde hace mucho tiempo.
- El Príncipe está muy preparado.
- La ceremonia de proclamación de Felipe VI será muy austera.
Ya escribí en otro artículo que el Rey era el mayor enemigo de la monarquía.
Se arroga ser el conductor del proceso de la transición a la democracia, cuando fue el responsable pueblo español el que con su actitud la hizo posible.
Él debiera explicarnos las maniobras para quitarse al Presidente Suárez de en medio.
No ha cumplido con su principal obligación: mantener la unidad de la nación española.
Ocasiones ha tenido para ponerse el uniforme militar e instar a los gobiernos de turno a acabar con el gravísimo problema separatista, y “si sale, sale” dijo sobre las negociaciones de Zapatero con los asesinos de ETA.
Ni siquiera se ha preocupado en preparar a su hijo para las tareas que tendría que asumir un día.
Todo su esfuerzo lo ha empleado al putañerío y a acumular una inmensa fortuna.
Ninguna preocupación por los españoles.
¿A qué le han dedicado durante todos estos años de espera?
A entregar unos premios en tal sitio o en asistir a la toma de posesión de un mandatario en cualquier parte del mundo en representación de España.
Eso está muy bien pero de nada sirve para la situación por la que atravesamos.
Tanto el padre como los diferentes Gobiernos tenían que haber tenido al heredero en primera fila, adiestrándolo en lo que un día recibiría.
Pero lo que han hecho ha sido tenerlo toreando de salón, a lo sumo en algunas becerradas, y de pronto se encuentra a porta gayola en las Ventas con alimañas saliendo de los toriles.
¿Qué ha hecho Rajoy y su PP, y el PSOE ante el desafío separatista? Nada.
¿Y el Rey? Menos aún.
O Felipe VI pone los cojones sobre la mesa, o a corto plazo lo veremos en la fila del INEM buscando otro empleo si no quiere seguir como Teniente Coronel del Ejército de Tierra.
Que las dos experiencias republicas hayan sido desastrosas no significa que cada vez no haya más partidarios de elegir entre Monarquía o República.
El derecho espermático no es mayor que el democrático.
Nuestro amigo pasará a engrosar el número de jubilados.
¿Habrá cotizado para tener derecho a la pensión máxima actual?
Como con eso no le llegará para mantener a su entrañable amiga Corinna, se fue hace dos meses a hacerse un ERE, acompañando a las empresas en busca de contratos, por los países árabes amigos del Golfo (pérsico).
Hace pocos días la cadena de televisión americana NBC volvió a tratar el tema de la enorme fortuna del Rey, de la que ya escribió en su día el periódico The New York Times. ¿De dónde la ha sacado con la magra asignación de la Casa Real española?
Aquí todos los medios guardan un discreto silencio.
Liberada de sus obligaciones, ¿cuánto tiempo tardará la Reina en divorciarse de este golfo que le ha estado poniendo los cuernos toda su vida y dedicándose a cobrar comisiones?
Ahora su única preocupación es que le hagan una ley para seguir siendo intocable y no le amarguen la vejez.
Alberto Solá Jiménez, hijo de María Bach Ramón, e Ingrid Sartiau, hija de Liliane Sartiau, esperan que algún Juzgado acepte las demandas para que les reconozcan la paternidad de Juan Carlos I el Comisionista.
Y puede que hayan más.
El Juglar del
pueblo
Eladio Arnaiz ©
miércoles, 11 de junio de 2014
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