martes, 21 de junio de 2016

El Mago de Oz, cuento infantil o nuestra realidad electoral



En este cuento la niña Dorothy, su perro Totó y tres amigos: el espantapájaros, el hombre de hojalata y el león se dirigen a la Ciudad Esmeralda para pedir ayuda al Mago de Oz y así poder solucionar sus problemas 

El "Mago de Oz", es una historia de búsqueda de unos personajes por obtener algo de lo que carecen: la del hombre de lata que ansiaba tener un corazón, el hombre de paja que no tenía cerebro y el león sin coraje, cada uno deseaba encontrar lo que respectivamente les faltaba.

Se podría decir que Mariano Rajoy es como un león cobarde, puesto que le ha faltado el valor durante la pasada legislatura en combatir la corrupción, resolver de una vez para siempre los problemas de la justicia que no será tal mientras no sea rápida e independiente, entender de otra manera la reforma laboral y las reivindicaciones sociales, adecuar el aparato y las instituciones del Estado a su peso mínimo imprescindible y plantar cara con soluciones a los problemas de los nacionalismos.

Por otro lado la Izquierda Política de Podemos es como el hombre de paja, no tienen cerebro, pueden aparentar ser muy sensibles socialmente pero a la vez son muy pocos racionales.

El hombre de lata sería como el Partido Socialista, que está oxidado y paralizado por los escándalos en Andalucía y las luchas internas por el poder. 

Y para Ciudadanos solo le queda el papel de Dorothy o el de su perro Totó. Lo que los votantes decidan.

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El Mago de Oz, un cuento infantil sobre deflación, populismo y el patrón oro


Dorothy, la protagonista de la historia, es una niña huérfana de Kansas (medio-oeste) perdida en una tierra fantástica después de que un ciclón (metáfora también de la 'revolución' que se avecinaba con el movimiento populista) se la llevara junto a su casa.

En el aterrizaje en Oz mata instantáneamente a la malvada Bruja del Este al caer sobre ella. Esta bruja se trataría de Wall Street, los acreedores y los intereses financieros defensores del patrón oro.

La bruja tiene esclavizados a los munchkins, habitantes de esa tierra a los que se refiere como "gente pequeña", por lo que con su muerte los liberaría, a modo de cómo el ciclón-revolución liberaría a los trabajadores.

Entonces aparece la Bruja buena del Norte (representando al votante de la parte norte del Medio-Oeste, sin fuerza para contrarrestar la supremacía del Este), que da los zapatos plateados a Dorothy en agradecimiento por la liberación y le indica que el único camino de vuelta a casa es ir a Ciudad Esmeralda y pedir allí ayuda al Mago de Oz. El beso que le da sería la 'bendición' de ese tipo de votante para que continuara con su camino.

El granjero, el obrero y el político
Dorothy comienza así su camino, que es de baldosas amarillas, en referencia clara al patrón oro. En él, la niña hace tres amigos, que también tendrían su significado. Un espantapájaros sin cerebro que representaría a los granjeros del medio oeste, que a pesar de su aparente estupidez y su incapacidad para entender las causas de sus males, mantendría una cierta rectitud.

Un hombre de hojalata, sin corazón y baqueteado, que sería una representación del trabajador industrial, castigado por la depresión económica y al que los populistas buscaban como aliado. Su tercer amigo sería un león cobarde, sin valor: el propio candidato demócrata, que ruge pero que no consigue nada.

La niña baja al espantapájaros de la vara, engrasará al hombre de hojalata y convencerá a los tres de que la acompañen para expresar sus deseos (un cerebro, un corazón y valor, respectivamente) al Mago. Junto a ellos siempre va Totó, el perro de Dorothy. ¿Quién sería Totó? Pues un juego de palabras con la expresión teetotaler, nombre que en inglés se da a la gente que no bebe alcohol. Los prohibicionistas eran entonces algunos de los más cercanos aliados de los populistas,

Oz, el fraude y el dinero
Finalmente, los cuatro y el perro llegarían a la capital de Oz, Ciudad Esmeralda, que se trataría de Washington, el lugar donde todos los habitantes veían el mundo a través de cristales verdes (el dinero). Y allí se encontrarían con el Mago, que se trataría del propio McKinley, que a pesar de las buenas palabras terminaría siendo un fraude, y que pese a pensar que actúa en beneficio de la gente simplemente resulta un ser normal y corriente más bien cruel.

Finalmente, Dorothy lograría volver a Kansas gracias al poder de sus zapatos plateados y tras desenmascarar al Mago, en posible referencia al bimetalismo como solución a los problemas del estadounidense medio tras un duro camino dorado, el patrón oro.

Lo curioso es que esté detalle es también la principal objeción a esta interpretación alegórica del Mago de Oz, pero que proviene de un error. El error es que en la famosa película homónima, estrenada en 1939, Dorothy, protagonizada por Judy Garland, lleva zapatos color rubí. Pero simplemente porque Hollywood quería destacar la llegada del color a sus películas, y esos zapatos rubíes han pasado a la iconografía popular casi con más fuerza que el propio cuento.

En resumen, sea verdad o no la interpretación alegórica de un momento histórico convulso, lo que sí que queda claro es que el Mago de Oz puede servir perfectamente para ilustrar una época y un sistema monetario tan importante como el patrón oro.


El mensaje oculto en el mago de Oz .
Publicado por Franco Saavedra

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