martes, 25 de septiembre de 2018

Las cloacas del estado

La ministra de Justicia aseguró en una nota oficial que no concertó ni mantuvo cita alguna con el comisario jubilado José Villarejo mientras ejerció como fiscal de la Audiencia Nacional ni tuvo relación de ningún tipo con él.

Posteriormente, y en declaraciones a los medios, Delgado matizó: no ha tenido «ninguna relación profesional con ningún asunto que haya llevado» el comisario jubilado en la Audiencia Nacional. «No he mantenido ninguna cita de ningún aspecto profesional de trabajo como fiscal en la Audiencia Nacional» con Villarejo, insistió. También negó haber tenido alguna participación en el caso del empresario Ángel Pérez-Maura.

La trama dirigida por el comisario José Villarejo, logró tejer una potente red de influencias en el seno de la Audiencia Nacional. Esta es una de las conclusiones que tienen sobre la mesa los investigadores del caso Tándem.

En este entramado de influencias, la figura que destaca no sería el comisario Villarejo sino el otro comisario presuntamente implicado en la red: Enrique García Castaño, conocido como El Gordo.

Sería éste el que habría logrado tejer esta tupida red de contactos con jueces, fiscales y funcionarios de la Audiencia Nacional durante lustros.

****
A la ministra de Justicia, Dolores Delgado, la situación se le complica cada vez más. Tras asegurar en varias ocasiones que no había tenido "ningún tipo de relación personal, profesional, oficial o no oficial" con el excomisario José Villarejo, actualmente en prisión, ayer reconocía que se ha visto "tres" veces con él después de que la web Moncloa.com publicara unos audios de una comida de 2009 entre éstos y el exjuez Baltasar Garzón.

Cuando Villarejo hablaba de que algunas mujeres son como "muñecas hinchables", Delgado empatizaba: "A mi me pasa lo mismo, a mi los tíos me gustan igual, tontitos nada. Ha venido un tío a la Audiencia monísimo, para que lo vamos a negar, parece George Clooney, pero le pasa lo mismo, es una nenaza".

Delgado ha pedido comparecer en el Congreso por este tema; pero, además, será previsiblemente reprobada este martes por el Senado, donde el PP la acusará de haber pretendido abandonar al poder judicial y al juez instructor del caso del "procés", Pablo Llarena, ante la demanda civil presentada contra él en Bélgica. enlace
youtube - enlace
“Cualquier político que se mezcle con basura de las cloacas como Villarejo debe apartarse de la vida política para no ensuciar a la mayoría parlamentaria que sacó adelante la moción de censura”, ha dicho también el señor marqués de Galapagar. (Pablo Iglesias) enlace

****
Antecedentes- enlace
Corre el año 1993. Una joven madrileña de 30 años desembarca en la Fiscalía Especial Antidroga, en la Audiencia Nacional. Se llama Dolores Delgado García, una fiscal procedente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, donde comenzó su carrera en 1989, con apenas 27 años. Nada más llegar a Madrid empieza a encargarse de casos judiciales instruidos por el que fuera titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, el magistrado andaluz Baltasar Garzón, especializado en investigaciones contra delitos de narcotráfico, terrorismo de ETA y de Estado.

Arranca así una relación de amistad incondicional que perdura en la actualidad, pero que se ha convertido en la causa de que Dolores Delgado, actual ministra de Justicia, tenga que rendir cuentas a la opinión pública de sus vínculos con el comisario de Policía jubilado José Manuel Villarejo, conocido del juez Garzón e investigado por presuntos delitos de cohecho, blanqueo, organización criminal, descubrimiento y revelación de secretos y extorsión.

Fue en septiembre de 1994, apenas un año después de que la joven fiscal llegara a la Audiencia Nacional, cuando el policía Villarejo y el juez Garzón cruzaron sus caminos por primera vez. Los responsables policiales y políticos del Ministerio del Interior del último Gobierno de Felipe González -con Juan Alberto Belloch como ministro y Margarita Robles como secretaria de Estado de Interior- querían conocer los entresijos de la vida secreta de empresarios, periodistas y jueces. Entre ellos, Baltasar Garzón. Es por eso que encargaron a un grupo de 20 inspectores de Policía investigar la vida íntima de españoles y elaborar un polémico informe que fue bautizado con el nombre de Veritas.

Así lo destapó EL MUNDO, el 16 de febrero de 1995, informando de la investigación abierta contra Garzón bajo el título «Un grupo especial de la Policía ha investigado al juez Garzón y a funcionarios de Interior», y señalando a Villarejo como uno de los agentes, presuntamente retirado y metido a detective privado, que intervinieron en esta operación. [lea estos artículos de hemeroteca en PDF].


No hay comentarios:

Publicar un comentario