viernes, 18 de agosto de 2023

En Canarias necesitamos aprender a convivir con el fuego.


En Canarias necesitamos aprender a convivir con el fuego.

Los Grandes Incendios forestales han dejado de ser algo excepcional para convertirse en algo habitual. 

En los últimos 20 años, grandes incendios forestales han afectado gravemente a nuestra islas, a nuestros bosques y cultivos, a nuestras casas y bienes, a nuestra economía y sociedad y, lamentablemente, hasta a nuestra gente. Más de 32.000 hectáreas solo en Gran Canaria se han visto calcinadas. Debemos prepararnos y tomar medidas.

En Japón llevan años aprendiendo a convivir con terremotos y de esa experiencia han sabido construir edificios más resistentes. En el Caribe conviven con huracanes, cada vez con mejores protocolos de autoprotección. Hasta las tribus del Serengueti rodean sus poblados con vallas de espinos para evitar el ataque de los leones y así convivir con esa amenaza.

¿Cómo ayuda el pastoreo a la prevención de incendios?

Por un lado reduce la vegetación, lo que se conoce como combustible forestal. Al haber menos biomasa el fuego tiene menos que quemar, por lo que se reduce mucho su intensidad.

Por otra parte cambia la estructura de la vegetación. El ganado crea pequeños pasillos por lo que favorece discontinuidades horizontales en la vegetación, es decir, zonas sin vegetación que dificultan que el fuego pase de un arbusto a otro. 

«Donde hay presión de ganado, hay menos maleza y, por tanto, los incendios son menos devastadores»

Al ramonear las ramas bajas crea discontinuidades verticales dificultando que el fuego suba a las copas de los árboles.

A día de hoy, Gran Canaria es la única isla del archipiélago en contar con un programa oficial de pastoreo como herramienta para prevenir incendios. 

Gran Canaria Pastorea

La ganadería extensiva es una herramienta económica, ecológica y eficaz con valor histórico y etnográfico que ayuda a prevenir grandes incendios forestales.  

Más de 8.000 cabras y ovejas complementan el servicio de prevención de incendios de la isla. Son ovejas, cabras, vacas y burros ‘bombero’ que realizan labores de prevención de incendios.

«cada cabra u oveja come unos dos kilos de materia seca, es decir, un rebaño de 500 ovejas puede necesitar casi una tonelada».

El pastoreo del siglo XXI ya no es simplemente un pastoreo tradicional, sino que cumple también unos objetivos ambientales.

A la producción de alimentos se le suma la prevención de los grandes incendios forestales, el cuidado del paisaje y la conservación de la biodiversidad.

Además, la ganadería extensiva tiene un papel importante en la economía rural y circular, evita su despoblación, conserva el patrimonio y ayuda en la mitigación del cambio climático.

Gran Canaria Pastorea es el proyecto del Cabildo insular por el cual se adjudican superficies de pastoreo controlado o prescrito en montes públicos y barrancos y y se remunera económicamente a los pastores por el servicio de prevención de incendios forestales.

Es lo que se conoce como Pago por Servicios Ambientales (PSA). En el año 2022 un total de 41 pastores participan en el proyecto.

Gran Canaria Mosaico es una estrategia de prevención de grandes incendios forestales impulsada por el Cabildo de Gran Canaria que promueve la recuperación de paisajes mosaico diversos, habitados y con menor riesgo basados en actividades agrícolas, ganaderas y forestales y la adaptación de la sociedad para convivir con el fuego.

Los incendios forestales son muy difíciles de evitar en su totalidad y debemos seguir contando con medios de extinción.

La prevención es la clave

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Pero se puede prevenir para que el daño o extensión sea el mínimo mediante acciones encaminadas a modificar la carga del combustible en lugares estratégicos como:

Montes públicos y cauce de barranco.
Fajas auxiliares al borde de carreteras.
El entorno de las viviendas en zonas forestales.

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Actas de las Jornadas Forestales de Gran Canaria 1994 - 2001 


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“El concepto de la gestión de los incendios en el futuro no debería pues limitarse exclusivamente a medidas de lucha contra el fuego, sino debería contemplar medidas preventivas de control y de mejora del régimen de incendios, mediante por ejemplo, la reducción de la biomasa susceptible de arder y de frecuencia de incendios.

Ello no se conseguiría únicamente con mejoras técnicas, sino que requerirá de un mejor conocimiento de la singular situación canaria  y de las especiales condiciones ecológicas canarias, que son en gran medida diferentes de las experiencias transferidas desde la Península Ibérica  o desde otros país mediterráneos.

Un proyecto de investigación multidisciplinario a largo plazo sería de gran ayuda para una comprensión más profunda del papel específico que juega el fuego en los ecosistemas canarios y facilitaría la toma de decisiones acerca de la gestión del fuego al poseer una sólida base científica.

Ello podría abrir una discusión profunda y rigurosa al margen de histerismos y falsas generalizaciones. Más aún, se requiere una mejor comprensión de la situación socioeconómica y las necesidades de los habitantes de las islas, que había de ser incluida en la futura toma de decisiones acerca de cuáles han de ser los principios que rigen la gestión del fuego y los espacios naturales protegidos. 

La exclusión absoluta de los incendios no sólo no es posible, llevando a cabo el máximo control, sino que ni siquiera es deseable.

El fuego ha sido y seguirá siendo importante factor de control ecológico, a la vez que  se erige en una valiosa herramienta en la gestión de los paisajes. Contrariamente su utilización abusiva termina irremediablemente degradando los ecosistemas forestales y de matorrales.”

 


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